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Pagar por producir y conservar
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Luis Planas analiza, en una entrevista con Efe, la situación del sector agroalimentario en un momento crucial de negociación del Plan Estratégico que aplicará en España la futura Política Agraria Común (PAC). «Las anteriores PAC suponían decisiones comunitarias que había que trasladar a cada país. La próxima es nueva en su concepto, y con los planes estratégicos nacionales nos ha obligado a un análisis de base, a una disección de los sectores y a su conocimiento profundo».
Como recuerda el ministro, la PAC es la política más antigua de la Unión Europea, que se ha ido «adaptando y cambiando cada 15 o 20 años», y de la necesidad de abastecimiento tras la II Guerra Mundial evolucionó a la necesidad de estabilizar los mercados, para después pasar a desacoplar la producción del apoyo a los agricultores.
«El cambio de paradigma ha hecho posible esta PAC, esta vez la inercia era imposible», señala.
Defiende que se ha conseguido un modelo «más justo», más sostenible, que reduce las regiones de pago —de 50 a un máximo de 20—, sitúa el objetivo de convergencia al final del periodo en el 85 % y busca «mantener el modelo productivo y la estabilidad», con una «ventana al futuro ligada al regadío sostenible, la mujer, los jóvenes y la digitalización».
En la conferencia Sectorial del 14 de julio, las comunidades autónomas decidieron que el documento presentado por el ministro fuera la base sobre la que trabajar para alcanzar un acuerdo sobre el Plan estratégico que debe presentarse a Bruselas antes del 31 de diciembre, para un periodo en el que España recibirá más de 47.700 millones.
«En un país tan diverso cada consejero y consejera legítimamente tiene que defender sus puntos de vista, pero la colaboración con las autonomías es magnífica, muy positiva, por encima del color político de los distintos gobiernos», señala.
«Y eso me llena de espíritu positivo porque seremos capaces de lograrlo», insiste respecto a acordar el Plan, porque «si no lo presentamos, se podría retrasar la aprobación y suponer el retraso o pérdida de fondos de la PAC». «En España, que nos pongamos de acuerdo el gobierno y las autonomías puede sonar a un hecho extraordinario; para mí no lo es: demuestra la visión de futuro y la generosidad de la que hemos sido capaces colectivamente. Es la esencia misma de la negociación y el acuerdo, que es la base de la democracia», defiende.«Los ciudadanos nos deberían exigir que llegáramos a un acuerdo a todas las fuerzas políticas», apunta.