Ojo con las tóxicas y cuidado con el bosque
Coincidiendo con el inicio de la temporada de setas de este año, el micólogo Juan Montón publica ‘Guía práctica de setas’, un manual para conocer las cincuenta especies comestibles
La Amanita phalloides u oronja verde, la Galerina marginata o galerina rebordeada, la Lepiota cristata o lepiota maloliente y la Cortinarius orellanus o cortinario de montaña son cuatro de las setas tóxicas más mortales que crecen en los bosques españoles y que deben evitarse a toda costa, según el micólogo Joan Montón.
Coincidiendo con el inicio de la temporada de setas de este año, Montón acaba de publicar, en castellano y catalán, la Guía práctica de setas (Larousse Editorial), un manual de bolsillo para conocer las cincuenta especies comestibles más usuales y las quince setas más tóxicas, que cada año causan decenas de intoxicados en España.
Con un lenguaje sencillo, el libro contiene una ficha para cada especie, con una fotografía, su nombre científico y sus nombres populares en cada comunidad autónoma —la Amanita phaloides, por ejemplo, se llama farinera borda en catalán, llko r en euskera y cacaforra en gallego—, una descripción precisa de sus características, en qué lugares nace y si es comestible o no.
Montón (Sollana, Valencia, 1954) explica que su propósito al escribir esta guía ha sido «ofrecer a un público muy diverso una guía práctica sobre las setas, centrada en la descripción de las más comunes, tanto comestibles como tóxicas».
Tras aclarar que no se trata de una guía exhaustiva porque hay muchas más clases de setas, Montón reconoce que ha querido utilizar un lenguaje «comprensible» y que su segundo objetivo al redactar la guía ha sido «concienciar a todos de la importancia del medio natural, que debemos respetar y conservar».
«Cuando hablamos de setas, en mayor o menor medida, todo el mundo abre los ojos», resalta el experto, que recomienda a los que van a buscar setas: que no vayan solos, que comuniquen a la familia o amigos adonde van, que lleven el móvil cargado y con el geolocalizador activado, llevar siempre agua y algo de comida, ropa de abrigo y calzado cómodo, y lo más importante, una cesta ancha, ventilada y perforada, «que ayuda a esparcir las esporas mientras caminamos».
«No conviene llevar bolsas de plástico porque las setas pueden fermentar», añade el micólogo, que también recomienda llevar un cuchillo de hoja menor de 11 centímetros «¡para que no puedan decirnos que llevamos una arma blanca!».