Volcán de La Palma
El final de la erupción aún está lejos
Los datos de sismicidad, geoquímica y deformación apuntan a que no está cercano el final de la erupción del volcán de Cumbre Vieja en La Palma, que está en fase "madura", de manera que hay que prepararse "para echar bastantes días", han afirmado este martes los responsables del Plan de Emergencia Volcánica de Canarias (Pevolca).
Tras la reunión diaria del comité científico que evalúa el proceso eruptivo iniciado el pasado 19 de septiembre, la directora en Canarias del Instituto Geográfico Nacional (IGN), María José Blanco, ha indicado que la predicción meteorológica apunta a que mañana por la tarde los vientos girarán la columna de ceniza y gases del penacho hacia la vertiente noreste de la isla, lo que podría afectar a la operatividad del aeropuerto de La Palma.
Además, ha continuado Blanco, los científicos han detectado la apertura de una zona de fisuras a unos cien metros al noreste del cono principal del volcán con emisión de gases y suelo a alta temperatura que, en principio, no tiene carácter eruptivo.
Los expertos del Pevolca, con Miguel Ángel Morcuende como director técnico, creen que lo más probable en el corto plazo es que la lava, bastante fluida, se siga evacuando hacia el mar por encima del camino ya marcado por la colada primigenia, si bien se mantiene la vigilancia permanente ante la posibilidad de que se ensanche o haya nuevos avances, que por ahora no se han detectado.
Tampoco hay nuevos centros de emisión, aunque sí una fisura con emisión de gases y elevada temperatura en el suelo que de momento no tiene mayor importancia, puesto que además está en el entorno del cono activo.
Las últimas mediciones apuntan a que las hectáreas afectadas por la lava son 420, un aumento de 6,74 con respecto a la víspera, en un perímetro de 36,24 kilómetros y una anchura máxima de 1.250 metros.
El delta de lava que se ha adentrado en el mar ocupa por ahora una superficie de más de 36 hectáreas y ha avanzado 540 metros desde la línea de la costa.
La lava ha afectado a 1.154 edificaciones y construcciones de todo tipo, de ellas 1.046 destruidas y 108 dañadas, según los satélites del sistema europeo de observación Copernicus.
Con los datos del catastro, el Pevolca tiene constatadas 726 edificaciones destruidas hasta el lunes a las 17.00 horas, de las cuales 605 son de uso residencial, 58 de uso agrícola, 30 de uso industrial, 18 de ocio y hostelería, 7 de uso público y otras 8 de otros usos.
La calidad del aire en la isla ha mejorado con respecto a días anteriores gracias a la entrada de vientos alisios, pero las previsiones para el miércoles apuntan a que la nube de cenizas podría extenderse al norte y al noreste, lo cual puede afectar a la operatividad del aeropuerto a partir de la segunda mitad de la tarde.
El penacho marino de vapor de agua y ácido clorhídrico que se produce por el contacto de la lava con el mar se mantiene en una zona reducida cercana al delta.
La sismicidad es creciente en cuanto a número de episodios y magnitud y también ha sido más sentida por la población, sobre todo en Fuencaliente y Villa de Mazo, pero se mantiene a profundidades medias de diez o más kilómetros.
Las emisiones diarias de dióxido de azufre estaban el lunes en 1.200 toneladas, con un acumulado de 250.000 toneladas desde que comenzó la erupción, y el volumen de magma expulsado podría situarse en los 45 millones de metros cúbicos.
En el hotel de Fuencaliente hay albergadas 209 personas de los aproximadamente 6.000 evacuados, y en el operativo de emergencia trabajan 553 personas, explicó Morcuende, quien ha insistido en que La Palma es una isla segura para todos los visitantes y que solamente el 8 por ciento de su superficie está afectada por el volcán.