aprovechando los pocos rayos de sol de este otoño y cumpliendo con la costumbre
La falta de habitantes en los pueblos de León está provocando, como daño colateral, la pérdida de escenas cotidianas como las charlas en el banco de la puerta sentados a la fresca. Pero hay quien está decidido a tomar el testigo de una de las costumbres con más arraigo en León, aunque su conversación sea más bien indescifrable para el que se acerque a escuchar.