CASARSE OTRA VEZ
La pandemia obligó a cancelar las bodas y ahora llega el ‘boom’ nupcial con parejas que no quieren esperar más, necesitan abrazos, besos y, por supuesto, pronunciar el ‘sí quiero’ vestidos de novios con trajes relajados, con detalles pero sin excesos. Prima la calidad y lo natural
La novia millennial ha cambiado las tradiciones y la estética nupcial, decide lo que quiere y cómo lo quiere. Lo asegura la diseñadora nupcial leonesa Silvia Fernández.
Las novias quieren tejidos naturales y siluetas sencillas y elegantes, «huyen de muchos de los accesorios convencionales, no quieren parecer una árbol de navidad», añade esta diseñadora, que tiene su taller en el Bierzo, desde donde quiere dar valor al oficio de la costura y recuperar el mercado que se fue a China.
No cree en las tendencias del momento, le gusta trabajar el vestido nupcial personalizado hasta conseguir un modelo único, ofrecer una visión amplia a la mujer, que se sienta cómoda «porque la novia tiene miedo al vestido de novia», detalla Fernández, que lleva cosiendo moda nupcial veintidós años.
En los últimos años se han transformado las bodas, pero desde la covid-19 más, «se mantiene la ilusión del vestido, pero muchas chicas no quieren ir de novia, prefieren diseños de estrellas de cine, creaciones más de alfombras rojas», dice el diseñador Benjamin Friman. Este granadino propone una colección «inspirada en la libertad», con siluetas sueltas, con largo midi y largo mini. «Las novias actuales no van tan historiadas como hace años, prefieren lucir dos o tres vestidos en su día», detalla Friman, quien asegura que, con pandemia, las novias aplican la sensatez y con el mismo presupuesto se hacen tres modelos que luego pueden utilizar en otras ocasiones.
Dolores Nicolás, a los mandos de la firma De La Cierva y Nicolás, apuesta por vestidos con delicados rasos poblados de libélulas doradas, Jacquard negros de inspiración iconoclasta y tafetanes y moarés de rojo intenso que combinan a la perfección con las tardes de verano.
«Esta colección es una oda a la vida, a la exuberancia del cuerpo femenino y a su estrecha relación con la moda», explica Nicolás, quien defiende «la elegancia, la vanguardia y la riqueza en confección y materiales».
La vallisoletana Esther Noriega apuesta por el diseño y la calidad en sus creaciones de vestidos de fiesta y novia, diseñadora que se adapta y reinventa hasta conseguir prendas con el máximo de detalle.
Los novios también buscan la calidad y la artesanía. La sastrería ya no es cosa de abuelos, no es una cosa rancia, es moderna y está por encima de las tendencias», dice Javier Valencia, jefe de operaciones de la firma Fernández Prats.
Tras este tiempo de confinamiento, «los novios tiene prisa para casarse, quieren recuperar el tiempo perdido», añade Valencia, quien asegura el traje tradicional y el chaqué sigue siendo «un clásico entre los novios».
Para Agustín Garcia y Lucia Serrano, pareja al frente de la sastrería Serna, el chaqué es la prenda estrella para el novio.
BODA DE PIE. «La novia busca comodidad y versatilidad», dice la diseñadora de zapatos Silvia Fernández, que ha debutado en esta pasarela con una colección con mucho alma Sus diseños llevan incorporadas unas plantillas que, mediante unas piezas y aplicaciones indicadas por estrellas, «hacen presión en diferentes partes del arco del pie que a su vez conectan con la columna vertebral y los siete principales chakras de nuestro cuerpo, activando los flujos de energía y permitiendo el paso energético al caminar», explica