Salud
La batalla de Teresa contra el ictus y el hospital
El Caule deja a nueve pacientes sin terapia ocupacional al no sustituir las vacaciones del personal. Teresa Prieto González, paciente de 57 años con secuelas por un ictus, pierde cinco semanas de rehabilitación.
Teresa tenía 56 años cuando el pasado mayo se desvaneció en casa. Estaba sola y cuando los allegados repararon en la ausencia de sus rutinas entraron y se la encontraron en el suelo. Los servicios de emergencias activaron el código ictus en coordinaci´n con el Hospital de León. El tiempo para aplicar el tratamiento endovenoso es decisivo. Corre contra la supervivencia y recuperación de los pacientes.
Teresa sobrevive con secuelas. Una grave afectación en una pierna y un brazo. En junio es trasladada a San Juan de Dios. Durante casi un mes que está ingresada en este centro concertado recibe rehabilitación. A finales de junio le dan el alta y es citada para rehabilitación en el Caule a finales de julio.
El médico del servicio de Rehabilitación pauta para la paciente dos sesiones de fisioterapia y tres de terapia ocupacional a la semana. Tras la primera sesión de terapia ocupacional, la rehabilitación funcional de Teresa queda en suspenso durante tres semanas.
No se contemplaba
La terapeuta tiene sus vacaciones y el hospital no sustituye el puesto. El otro terapeuta no puede asumir más pacientes. La paciente acude a un centro privado, primero en Gerona, donde tiene familia, y luego en León. La terapia se reanuda a la vuelta de las vacaciones... pero en octubre se vuelve a interrumpir por los mismos motivos. Vacaciones sin sustitución.
Este relato forma parte de una queja tramitada en el Servicio de Atención al Paciente del Hospital de León. Ramona León Aguilera, cuñada de Teresa, no daba crédito a lo que estaba sucediendo con su familiar. «Son cinco semanas, cuando sabemos que la terapia es decisiva en los seis primeros meses para conseguir la mayor recuperación posible», señala Ramona Aguilera.
La primera queja fue presentada a través del servicio de reclamaciones de la página de saludcastillayleon.es a primeros de octubre. «Estoy muy decepcionada con lo que está pasando en la zona de terapia ocupacional del Hospital de León: Tengo un ictus de grado máximo, necesito terapia continuada dadas las secuelas graves que me han quedado. En agosto estuve tres semanas sin terapia porque hacían vacaciones, y no tenían sustituciones. He estado hablando con el hospital y ellos llevan reclamando mucho tiempo sustitución y no la reciben. Ha pasado tan solo un mes y volvemos a lo mismo. Vuelven a hacer vacaciones dos semanas y me quedo una vez más sin rehabilitación y dada la gravedad que tengo es importante no perder tantos días. Qué solución me pueden dar, es importante. Gracias».
Sanitarios valorados
No ha recibido respuesta. El lunes se reanudan sus sesiones de terapia ocupacional. Pero el hueco de Teresa, que ha cumplido 57 años el 3 de octubre, quedará libre. «Acaba de ingresar en una residencia especializada donde tiene rehabilitación», comenta Ramona León. Otras circunstancias han precipitado la decisión que ha adoptado la paciente. «Soy su cuidadora y acabo de sufrir un desprendimiento vítreo, aparte de que tengo un problema de espalda», añade la familiar.
Fuentes oficiales del Hospital de León admiten lo ocurrido y señalan que el problema ha afectado al menos a nueve personas con terapias pautadas por diferentes motivos, principalmente ictus y traumatismos craneoencefálicos.
La gerencia del Caule asegura que no tenía conocimiento de que no se sustituyeran las vacaciones de estos profesionales, porque «depende de servicios intermedios». Aseguraron que solo una paciente ha reclamado por el conducto formal y que valorarán la situación de cara a posibles sustituciones.
En cuanto a la trascendencia de la rehabilitación tras sufrir un ictus, el coordinador de la Unidad de Ictus del Caule, Javier Tejada, señala que «tiene una importancia fundamental porque es una parte de la mejoría funcional del paciente». La terapia ocupacional —aclara— tiene unas funciones específicas como es la recuperación motora de la mano. «Tiene importancia porque entra dentro la actividad asistencial para confirmar y mejorar aspectos mejorados», añade Tejada.
Otra cosa es «si es perjudicial» que se tenga que interrumpir una fase. La respuesta de Tejada es que «no, necesariamente». Todo depende de cada paciente. «Hay veces que la mejoría funcional no es buena porque el déficit es muy severo, pero actualmente a todo el mundo se le pauta rehabilitación», explica.
La mitad se recuperan
En el área de salud de León se registran una media de 450 a 500 ictus al año. Se estima que entre el 50% y el 60% de las personas salen adelante con unas tasas de recuperación funcional buenas. En los ictus severos la tasa de recuperación es más baja.
Teresa y su familia aclaran que no se quejan en absoluto del trato de las terapeutas ni del servicio de rehabilitación, donde han sido atendidas en todo momento tanto desde el punto de vista asistencial como en la respuesta a su queja. Su descontento es con el déficit de personal que sufre este departamento en detrimento de los pacientes y de la calidad asistencial del Caule. «De lo que nos quejamos es del hospital y de que no nos den soluciones», subraya. Tienen 30 días para responder a la reclamación.
Ramona León ha compartido en redes sociales el caso y han llovido las voces de apoyo, al igual que las quejas por la necesidad de recurrir a servicios privados para evitar las esperas. Otros comentarios elogian el servicio de rehabilitación de San Juan de Dios.