Cáritas denuncia el laberinto que atrapa a las personas sin hogar
El próximo domingo 31 de octubre se celebra el Día De las personas sin Hogar, y Cáritas, que atiende a 40.000 de ellas, ha decidido denunciar el laberinto al que se enfrentan en un sistema de protección social que «no funciona».
«¿Sin salida? Perdidos en un sistema de protección social que no protege. Digamos basta. Nadie Sin Hogar” es el eslogan de la campaña lanzada este año por Cáritas junto a las ONG Faciam, XaPSLL y BesteBi, organizaciones que reclaman a las administraciones públicas recursos adecuados, justos y dignos para todas las personas.
Estar sin hogar, advierten, dificulta el acceso a servicios y derechos esenciales, como alimentación, ayudas sociales o vivienda, «recursos necesarios para mantener la esperanza de lograr salir de un círculo de pobreza y de la falta de oportunidades que día a día les va asfixiando más», advierte en un comunicado Enrique Domínguez, responsable de Personas Sin Hogar de Cáritas Española.
Habla en nombre de las 40.000 personas sin hogar atendidas por Cáritas y también de los dos millones y medio de personas en situación de extrema vulnerabilidad que existen hoy en España como consecuencia de la crisis generada por la covid-19.
La pandemia, explica, ha agravado la situación de miles de personas.
Los efectos «más devastadores» se aprecian en colectivos muy diversos, como las personas que vivían en alojamientos sin un título legal y que tuvieron que abandonarlos ante el temor al contagio del propietario; o aquellas que llevaban años en pensiones u hostales económicos que cerraron en el estado de alarma.
Destaca Cáritas también la situación de mujeres que trabajaban como internas y fueron expulsadas de los domicilios; víctimas de trata o mujeres que ejercían la prostitución que se vieron obligadas a abandonar los clubes donde se alojaban; o temporeros sin una alternativa de alojamiento segura o adecuada.
Desempleo
Más de la mitad de la población activa acompañada por Cáritas (53%) está en situación de desempleo.
En enero de 2021, 258.000 de las personas atendidas vivían en hogares que no recibían percibido ningún ingreso, 75.000 más que antes de que comenzara la presente crisis. El 67 % de las familias señalaba además que no cuenta con suficiente información como para tramitar el ingreso mínimo vital.
Más de 700.000 personas acompañadas por Cáritas residen en hogares que no disponen de dinero para pagar la vivienda ni los suministros y el 16 % de las familias se han visto obligadas a cambiar de alojamiento. El impacto de la crisis en estas familias revela que los sistemas de protección social han fallado, aumentando la fragilidad de las personas más vulnerables, advierten las ONG, que reclaman poner el foco en colectivos que son «invisibles».