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Acisa de las Arrimadas celebró ayer el Día de la Pera Asadera con el objetivo de rescatar el producto típico de la comarca; todos los vecinos colaboraron con platos típicos basados en esta fruta

Menudas peras

Publicado por
D. Ezponda/J. M. Campos - ACISA.
León

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Todos los vecinos se afanaron durante la semana en tener preparada a la protagonista de la jornada, la pera asadera. Los escasos 50 habitantes de Acisa de las Arrimadas se han involucrado completamente en promocionar su bien más preciado. Y para ello, la asociación La Collada organizó ayer la primera edición del Día de la Pera Asadera. Visitantes, vecinos y algunos alcaldes (el de Sabero y la de La Encina) degustaron en una carpa las peras en sus diferentes formas -cocidas, con vino, sin vino, con piel o sin ella, con canela, a trozos, entera...- y las dos variantes que hay de esta fruta: las blancas y las rojas, que dicen los expertos que son las más sabrosas. Distintos tipos y formas que hicieron las delicias de los allí presentes. Además, también pudieron disfrutar del pote ferroviario (a base de níscalos y cordero) y de los vinos de la tierra. El objetivo no es otro que lograr que Acisa de las Arribas aparezca en los mapas gastronómicos de productos típicos, aunque esta pretenciosa meta debe pasar primero por la colaboración de las instituciones y recorrer un largo camino. La junta vecinal ha pedido subvenciones a la Junta de Castilla y León y a la Diputación. «La institución provincial nos ha asegurado que nos cederá las semillas y los perales sin ningún problema», aseguró José Roberto López, vecino y promotor de esta iniciativa. En cuanto a la Junta, más en concreto la Consejería de Agricultura, los vecinos han solicitado una subvención para iniciar el proyecto. Sin embargo, desde la Consejería que dirige José Valín se ha pedido un inventario con todos los perales que hay en la localidad y un informe sobre su implantación. «Estamos ahora elaborando el informe para Agricultura. Se han mostrado muy interesados por el proyecto, sobre todo por la recuperación de antiguos productos y el desarrollo rural que esto conlleva. Tenemos a todo el pueblo ocupado con las peras», aseguró López. El plan de los vecinos consiste en cultivar en una parcela municipal, ya concedida, perales. De año en año, se injertarán en la peraleda nuevos miembros hasta conseguir una producción considerable de esta fruta. Así se logrará unificar la producción, ya que los perales se encuentran esparcidos por todo el pueblo y en perfecto estado de salud, a pesar de tener la mayoría más de cien años. Según los vecinos, el padre de todos ellos supera los 120 años. Esta iniciativa puede ser muy beneficiosa para la propia supervivencia de Acisa. Durante el invierno, hace muchos años, los habitantes de este pueblo tenían como base de su alimentación -además de las propias ganaderías- las peras de los árboles centenarios. Ahora, tanto los vecinos como las personas que forman la diáspora de Acisa tienen una nueva ocupación. «Con la recogida de las peras, asarlas o cocerlas, las personas del pueblo podemos hacer algo más en invierno que pasar frío», comentó un vecino.