Cornada de lobo
Antipantanitis algo crónica
Los embalses proyectados en los ríos Eria y Duerna son dos charconas que harán de espejo para que el Teleno se mire la cara y la nuca, uno al norte y otro al sur del gran panzón de peña donde duerme un dios antiguo, Tilenus le dijeron, que allí beberá alguna esperanza y lavará su faldón chamuscado de tanto bombazo al bies. Particularmente he defendido estos dos embalses por considerarlos precisamente una prioridad medioambiental, una obligada cisterna que permita tirar de cuando en vez de la cadena para arrastrar y limpiar la ingente porquería que le endosan curso abajo. La sed labrantina y la necesidad de ampliar riegos me parecen objetivos secundarios que jamás deberán anteponerse al caudal ecológico que han de garantizar estas dos cortas masas de agua quieta. La salud de dos ríos de primor es lo primero. Sin embargo, en el ayuntamiento de Luyego han convertido la boca en espingarda y han comenzado a disparar alegando no sé cuántos males ecológicos que sobrevendrían tras la construcción de estas dos presas y, al efecto, sacan a pasear el alma de pajarillos muertos, especies afectadas, catástrofes barruntadas y una maqueta de apocalipsis. Y es que a la vieja pantanitis del franquismo embalsero le nació a la contra una antipantanitis por sistema, un plantarse porque sí. Aún cumpliéndose -que no es cierto- el desastre que anuncian para el lugar donde se ensanchará el agua (Chana de Somoza en el Duerna y Manzaneda en el Eria), los beneficios ecológicos que reportaría a todo el cauce de estos ríos compensaría sin duda los males que están por probar. Los bajos de la Valdería y la Valduerna son en estiaje dos cloacas con un caudal no mayor que el de un grifo. ¿Los dejamos así?... La desaprición de viejas presas con su bardal de fronda, el robo de orillas, el arrasamiento ingenieril de lechos y sotos, el apercollamiento de cauces con escollera y pistolón, la degradación imparable de las aguas... estos sí son problemones huérfanos de la acción ecologista. Desaparece más avifauna en el arrasamiento de sebes de una sola concentración parcelaria que en quince embalses. Y no oigo ningún clamor encrespado ante este crimen. La antipantanitis por sistema no me huele bien. Nada.