Nueva vida a la historia
Las distintas fiestas que integran la Asociación de Fiestas y Recreaciones Históricas contemplan con cierto optimismo el próximo año con la disminución de las restricciones y la distancia de seguridad. Esos fueron, entre otros los temas tratados en la Asamblea de la Asociación Española de Fiestas y Recreaciones que tuvo lugar en Calatayud por primera vez de forma presencial desde el inicio de la pandemia en la ciudad bilbilitana el pasado fin de semana. Esta cita ya estaba programada para el año pasado, coincidiendo con el 900 aniversario de la conquista de la ciudad en 1120 por Alfonso I.
La anfitriona, en esta ocasión, fue la Asociación Medieval Rey Alfonso I el Batallador de Calatayud, que junto con el Ayuntamiento de la localidad y otras instituciones aragonesas se han encargado de la organización de la asamblea. Un total de 36 celebraciones de este tipo acudieron al evento. Durante los días de la Asamblea se ofreció, de modo resumido, la recreación histórica de las Alfonsadas, que narra la conquista de Calatayud por Alfonso I el Batallador en 1120, que arrancó su XVI edición tras el parón del año pasado por la pandemia con un variado programa de actos y Eva Amaral como Dama de Honor. Parece, como indican desde la Asociación, que «poco a poco va volviendo a la normalidad».
En este encuentro, fue renovada la directiva de la asociación, ya que en el pasado mes de junio la entidad tuvo que realizar su encuentro de modo telemático «para la puesta en común de los nuevos proyectos de 2021/22». En estas jornadas hubo protagonismo leonés y se reconoció la calidad y rigor histórico de las Justas del Passo Honroso de Hospital de Órbigo. Su representante, el alcalde Enrique Busto, fue nombrado vicepresidente de Relaciones Internas, en una directiva donde también se hacen un hueco las recreaciones de Astures y Romanos (Astorga), Carthagineses y Romanos (Cartagena), Arde Lucus (Lugo) y Festa do Esquecemento (Xinzo de Limia, Orense).
Aunque todavía sigue habiendo problemas para poder celebrar esta fiestas con normalidad, la mejora de la situación ha permitido que algunas del último trimestre del año se hayan podido celebrar. Por ejemplo, Feria Ibera de Barchin del Hoyo del 9 y 10 de octubre, una localidad que multiplicó por 20 su población a lo largo del fin de semana, generando una expectación sin precedentes que desbordó las previsiones más optimistas de la organización, intentaron un máximo de actividades, como una recreación histórica, una conferencia impartida por un prestigioso investigador de la cultura ibérica, un reducido «mercado» de artesanos, la actividad denominada «Descubre Iberia», en la que se mostraran a los visitantes diferentes oficios y actividades de época ibera, talleres familiares, una visita teatralizada al yacimiento ibero Fuente de la Mota y la representación de una obra de teatro.
Las Alfonsadas, que narra la conquista de Calatayud por Alfonso I el Batallador en 1120.
Astures y Romanos de Astorga.
Justas de Hospital de Órbigo.
También del 14 al 17 de octubre Linares acogió la VIII edición de las Fiestas Iberos Romanas de Cástulo, con la previsión de que el próximo año regresen al mes de mayo, en su fecha habitual. Se trata de un evento turístico-cultural que pretende recrear el pasado de la ciudad ibero-romana de Cástulo, así como todos los rituales, costumbres, gastronomía y tradiciones que rodeaban aquella época. Como en otros lugares, esta fiesta supone un «importantísimo revulsivo económico», en palabras del concejal de Turismo, Enrique Mendoza para la ciudad de Linares en general, y para la hostelería, el comercio y el sector hotelero en particular. Del 14 al 17 de octubre, linarenses y visitantes pudieron disfrutar de un amplio programa de actividades realizadas por los participantes. En el Paseo de Linarejos se instaló el ‘Castrum’ o campamento romano, así como el ‘Macellum’ o mercado Íbero-Romano. Además, hubo una ‘Tabernae’, donde disfrutar de tapas especiales.
Por otro lado, la plaza del Ayuntamiento fue escenario de cuentacuentos, combates de guerreros, juegos de mesa y representaciones, como el Ritual Sagrado de la Cultura Cartaginesa, el Acto de Iniciación de los Grupos Íberos o una venta de esclavos organizada por los romanos.
Las Fiestas Íbero Romanas son un acontecimiento turístico cultural que tiene por objetivo recrear el pasado de Cástulo, así como los rituales, costumbres, gastronomía y tradiciones de la época, poniendo en valor la historia de Linares. La fidelidad de la recreación y el crecimiento que ha experimentado en sus últimas ediciones ha supuesto que las Fiestas Ibero-Romanas de Cástulo se convirtieran en la primera fiesta de recreación histórica de Andalucía en formar parte de la Asociación Española de Fiestas y Recreaciones Históricas.
Los días 5, 6 y 7 de noviembre, Borja regresó al medievo para conmemorar un hecho histórico que tuvo lugar en 1492: la llegada a la villa de los Reyes Católicos. La recreación revive a través de diversas escenas en distintos espacios, un acontecimiento histórico, uniendo diversos episodios que, aunque no son coetáneos, tuvieron lugar en fechas inmediatamente posteriores: el agradecimiento a su amigo y consejero, el ilustre borjano, Mosén Juan de Coloma; el reconocimiento personal al también borjano Pedro Lázaro, que habría de salvarle la vida en la Ciudad Condal; la imposición de Bandas Granas con distintivo real a Justicia y Jurados como premio a la fidelidad de la ciudad a la corona; y, finalmente, su asistencia a la primera Junta General de la Santa Hermandad, que tuvo lugar en la Colegiata de Santa María.
Historiadores, profesionales y los propios vecinos de la localidad se han esmerado en rememorar este importante episodio llegando el evento a su IV edición. A lo largo de todo el fin de semana, pasacalles, talleres, demostración de vuelo de aves rapaces, puestos de artesanía y animaciones musicales, conformaron parte de un completo y entretenido programa.
También en noviembre, el segundo fin de semana, Andorra, volvió al siglo II A.C., y se convirtió en un auténtico poblado íbero. Lakuerter Ibera surge como un revulsivo comercial, pero sin saberlo y ya en su inicio se convierte en una puesta en valor de su patrimonio y de su historia. Ese fin de semana la población de Andorra, los ositanos, vuelven a vivir organizados en clanes, cada clan cuenta en su organización interna con príncipe, sacerdotisa, sabio, guerreros, agricultores.... Cada clan está representado por un animal: culebra, cuervo, ciervo, cabra, búho, buitre, caballo, jabalí, lince, lobo y toro, además de por una centuria romana, que representará la rivalidad de estos dos pueblos y su lucha por sobrevivir durante esa parte de la historia, entre todos forman una gran tribu que aglutina a unas 2.000 personas que con sus vestimentas complementan la feria comercial.
A lo largo del fin de semana se pudo asistir a representaciones teatrales y ritos religiosos, donde se representa ese vivir cotidiano, la encomienda a dioses y esa lucha por sobrevivir al lado del pueblo romano al que ya se le rendían y pagaban tributos. Exaltaciones a diversos dioses y diosas como la «Diosa Epona» a la que rinde culto el clan del caballo. Escuela y lucha de gladiadores, que entrenaba la centuria romana, bailes rituales y tradicionales así como actividades para niños. La fiesta Lakuerte transporta al pueblo de Andorra al pasado y hace que cualquier visitante sienta que su pasado ibero vive por las calles.