La nueva teleasistencia
Los cuidados telemáticos se pilotan en León
La tecnología se alía con la atención personalizada La teleasistencia avanzada como sistema público y gratuito de cuidados telemáticos estará operativa en 2022. El modelo combina tecnología y atención individualizada y proactiva que ofrece Cruz Roja en coordinación con los servicios sociales. Acaba de empezar el pilotaje en León con una guía de uso adecuado de dispositivos.
Más de 5.900 personas son usuarias de la teleasistencia en la provincia de León. La ‘telealarma’, tal y como empezó a llamarse el servicio hace treinta años, da un salto tecnológico. Del medallón con su botón rojo para dar la voz de alarma en caso de necesidad a los cuidados integrales de personas dependientes y sus cuidadores. Es una alianza de la tecnología con una visión de los cuidados que pone en el centro a las personas y sus valores.
Desde el 2 de diciembre las personas usuarias de teleasistencia básica ya pueden solicitar la teleasistencia avanzada. Las corporaciones locales tienen que analizar y aprobar o no los expedientes correspondientes por lo que es previsible que los primeros usuarios del sistema público empiecen a beneficiarse ya en 2022.
Por el momento solo es posible solicitar tres servicios proactivos: ayudas y mantenimiento de la salud, apoyo al cuidador (para quienes reciban también prestación por cuidados en el entorno familiar) y citas médicas. La instalación de dispositivos (detectores de humno, agua o monóxido de carbono, patrones de actividad, control de caídas, apertura de puertas a distancia) no será posible hasta el próximo contrato del servicio.
La Junta de Castilla y León se hizo cargo de este servicio en agosto y ha encomendado su gestión a Cruz Roja Española, que ya tiene experiencia con la telasistencia avanzada a nivel privado, en coordinación con los Centros de Acción Sociales (Ceas) de las entidades locales. El contrato tiene un año de duración
«Los servicios de teleasistencia avanzada persiguen una atención personalizada y proactiva, tanto de la persona usuaria como de la persona cuidadora, contribuyendo a que la persona tenga una vida más digna y significativa», explica María José Varela, coordinadora del programa en Cruz Roja Española en León.
La nueva filosofía de este servicio está pensada de forma específica para personas con dependencia, con dificultades para realizar las actividades de la vida diaria, y contempla la prestación de, al menos dos servicios, uno de los cuales será siempre «el apoyo al mantenimiento de la salud y seguimiento de la atención a personas de situación de dependencia».
Una vez finalizada la formación con las entidades locales, Cruz Roja ha puesto en marcha el pilotaje en León capital, uno de los cuatro municipios seleccionados en la Comunidad para ir de avanzadilla.
El pilotaje consiste en probar servicios basados en comunicaciones automáticas a través de dispositivos tecnológicos y de teleasistencia móvil y, en función del informe de resultados, elaborar una guía metodológica para la prestación de cada uno de los servicios.
La capital leonesa
Es uno de los cuatro municipios seleccionados en CyL para probar los nuevos dispositivos
La teleasistencia avanzada requiere no sólo de dispositivos, implica un importante refuerzo de la atención personalizada aunque sea a distancia. Los Ceas tienen que designar un coordinador/a de caso. «Es el profesional de referencia para la persona en relación con los servicios sociales» y quien «determina determina la modalidad de prestación (básica o avanzada) y aquellos servicios que, en función de su situación, serían necesarios», señala Varela.
En cada caso, y a partir de una entrevista domiciliaria, se establece un plan de individualizado de atención que determina si la prestación adecuada es teleasistencia básica o avanzada. En función de las necesidades de cada persona se fijará un nivel de intensidad en la atención que puede ser baja, media o alta. Los operadores y operadores de centralita tendrán asignadas unas personas fijas, de modo que el contacto siempre será con el mismo profesional de referencia y no de forma aleatoria con quien esté de turno en la centralita.
La intensidad básica se determinará cuando haya un adecuado desempeño en la realización de las actividades básicas de la vida diaria. La moderada, cuando el desempeño de las actividades de la vida diaria o algún apoyo es mejorable. Y la alta, en situaciones en que el desempeño de las actividades de la vida diaria está comprometida o existe sobrecarga en el/la cuidador/a.
Cada nivel tiene diferentes protocolos de actuación y frecuencia de los contactos proactivos a realizar con la persona, así como las valoraciones de seguimiento. Para determinar la intensidad de atención en las personas cuidadoras, se llevará a cabo también la ampliación de la escala de Steven H. Zarit, más conocida como escala Zarit.
Garantía
Cuando se detecte riesgo o deterioro en la calidad de vida se avisará a los servicios sociales
A partir del plan individualizado de atención, en colaboración con el/la operador/a de referencia de la persona usuaria, se elabora el proyecto de llamada, en el que se registran los objetivos de atención a conseguir, comprometidos con la persona, así como las recomendaciones en cuanto a las actividades de la vida diaria.
En estas llamadas emitidas que, de forma periódica, mantiene el operador de referencia, se lleva a cabo un seguimiento de la situación y detección de nuevas necesidades, se recuerdan las pautas de atención recomendadas, y se refuerzan los logros alcanzados, explica María José Varela.
Estas llamadas se consideran contactos proactivos, al igual que las realizadas por el/la técnico coordinador/a de teleasistencia de la persona, o las visitas al domicilio que realice este último.
Cuando se detecte especial riesgo o deterioro en la calidad de vida de la persona dependiente o riesgo para su salud, está protocolizada la derivación a Ceas o sistema sanitario, respectivamente.