«La mejor medida es prohibir las concentraciones en sitios cerrados»
Juan José Badiola (León, 1948), veterinario y director del Centro de Enfermedades Transmisibles Emergentes de la Universidad de Zaragoza, cree que la «falsa sensación de seguridad» de las vacunas y la relajación de las medidas de higiene y seguridad han provocado el estallido de la sexta ola por la que habrá que volver a tomar medidas restrictivas.
—¿Por qué estamos sufriendo ahora una sexta ola de la pandemia?
—Porque los contagios se han incrementado de manera significativa y, probablemente, porque la gente se ha relajado a la hora de tomar las medidas de prevención apropiados. Una razón es que muchas personas han adquirido una falsa sensación de seguridad por el hecho de estar vacunadas. Los datos más recientes están demostrando la alta capacidad de transmisión de la nueva variante ómicron, que amenaza con ser mayoritaria en breve respecto a la anterior delta, lo que va a suponer un incremento elevado de la incidencia de contagios y, por lo tanto, de casos. También un incremento de hospitalizaciones, lo que podría provocar un cierto grado de saturación del sistema sanitario, lo que obligaría a las autoridades sanitarias a adoptar medidas de control de la pandemia más estrictas y restrictivas.
—País Vasco y Navarra son dos de las comunidades con más incidencia ¿A qué cree que se debe?
—No está del todo claro, pero posiblemente tiene que ver con la falsa sensación de seguridad que ha creado la vacunación y por frecuentar espacios públicos, mal ventilados, prescindiendo de la mascarilla y no respetando la distancia interpersonal adecuada.
—En julio repuntó la quinta ola en la que predominó la variante delta. En diciembre soportamos ya la sexta y aunque la delta sigue siendo la mayoritaria, los hospitales vuelven a llenarse de pacientes, sobre todo las ucis, con un incremento de muertes. La comunidad científica pensó que con las vacunas no habría más olas y, sin embargo, no es así., pero no es así ¿Por qué? y ¿cómo cree que sería la situación si no estuviéramos vacunados?
—Porque las vacunas actuales no previenen totalmente los contagios, aunque los minimizan, pero sí en cambio evitan en buena parte el agravamiento de la enfermedad de las personas infectadas. Si la población no estuviera vacunada en el alto porcentaje que lo está en España, el número de personas hospitalizadas sería mucho mayor, y se estaría en una situación próxima a la saturación del sistema sanitario.
—¿Las sucesivas olas son el escenario en el que vamos a tener que aprender a vivir a partir de ahora?
—Va a depender del mantenimiento del programa vacunal y de su capacidad de adaptación a las nuevas variantes y, por lo tanto, del efecto protector de la inmunidad de rebaño y desde luego de la llegada de nuevas variantes del virus que se impongan en el país.
—¿Cree que acabará la pandemia algún día?
—Lo más probable es que sea posible llegar a controlarla y convivir con el virus, como lo hacemos con otros patógenos como el virus de la gripe o el VIH. Esa es la evolución más probable-
—¿Por qué este virus sigue pasando casi desapercibido para un perfil de personas y para otros es mortal?
—Porque no todo el mundo responde de la misma manera frente a una infección, ni tampoco frente a la vacunación.
—¿Cree que el pasaporte covid es la medida adecuada en este momento?
—Se trata de una medida más entre las que se pueden emplear, que certifica que la persona que lo posee se halla vacunada y, por lo tanto, ha adquirido un nivel de protección frente a la infección.
—Si tuviera que tomar la decisión de alguna medida ¿cuál cree que sería la más adecuada en este momento?
—Nos hallamos en un momento de máxima incertidumbre, pero con los contagios al alza. Probablemente, la prohibición de realizar concentraciones de un número elevado de personas en un lugar cerrado y mal ventilado.
—En las calles vemos colas de personas para entrar a los bancos, a comprar el pan, con distancia y mascarilla, pero en los bares y restaurantes no hay limitación de aforo y se puede comer, beber u hablar sin la mascarilla. ¿no cree que son imágenes contradictorias?
—Son claramente contradictorias. Debería haber una coherencia en la aplicación de las medidas de control y prevención de la pandemia, porque en caso contrario los ciudadanos sufren una confusión.
—Cada gobierno toma sus decisiones por separado y las vacunas no llegan a todos los países por igual ¿Cree que hace falta otra manera de gestionar esta crisis?
—En efecto, se echa en falta que las medidas que se aplican para el control de la pandemia se llevaran a cabo de forma coordinada en todo el territorio de la UE, y espero que en el futuro así sea. En la UE las dosis vacunales frente al covid-19 sí han llegado en cantidad suficiente y proporcional a la población en los países que la conforman, pero no así en países en desarrollo que por falta de recursos tienen unos porcentajes de vacunación mínimos. Gestionar una crisis sanitaria como la actual no es tarea fácil y en términos generales creo que se ha gestionado razonablemente bien, aunque se han cometido errores de los que espero se haya aprendido, para no repetirlos en el futuro.
—¿Cree que esta pandemia es la peor que nos queda por pasar?
—No es fácil saberlo, pero cabría la posibilidad de que otros patógenos puedan convertirse en pandémicos.
—¿Qué otros patógenos pueden ocasionar pandemias en el futuro?
—Lo más probable es que sean los virus gripe, que han demostrado un mayor potencial pandémico.