Una de arena, nada de cal

¿Cuales son las tres las tres cosas que más le gustan de la vida?, le preguntaron a uno; y respondió: un wisky primero y un cigarrillo después. Freud le hubiera felicitado: aquí hay subconsciente liberado y concisión, norma primera del género humano si busca el camino de la felicidad. A este tipo no le conocí, pero sí a otro personaje de este barullo espeso de pueblete que es León (León ¿Arena?... y la cal ¿cuándo?) que resumió con brevedad insuperable la filosofía de todo su vivir: sólo hay una cosa que me joda más que levantarme; y es acostarme. Venga, Reyero, le decía la peña, que son las cinco, tira pa casa, ultima el trago, abrevia, y nada, Pepín que no, que vamos ahora a las Tejas Verdes a endiñarnos un conejo picantón con salsorra que te mueres y a estas dos las dejas en La Condesa. Murió joven el rapazón, pero le llevó cobrado lo suyo a este perro existir. Trasegar, trasegó. Privarse, no se privó. Y aunque le madrugara la Parca, dio la vida por bien cumplida. Tipos perdularios de esta catadura sana hay por ahí unos cuantos, aunque tampoco son tantos los elegantes en el vivir y en el beber. Lo que me gusta de ellos es que mientras se dedican a sus aficiones no están fornicando a los demás. Están a su bola, a su biblia y a su vicio. Otros, que pasan por ser intachables y respetados están a esas mismas horas en su despacho urdiendo informes o papelería y desvelándose por la sociedad (anónima): mañana pondrá en la puta calle a otros cien chanetas de Antibióticos y después se irá de fin de semana a Venecia, gentileza de la empresa; a gastos pagos, se dice. Estos tipos aborrecen la vida disipada del firuleo nocturno y a los que malgastan la noche charlando o bebiendo, porque dicen que las noches sólo se hicieron para dormir o para joder; y a ello se aplican. Pero a mí dame gente de wisky y cigarrillo o de los que gastan la parte oscura del día en coplas y sopladuras, tumbos y amistad exaltada, aunque para ellos tienen y en nada les envidio porque han de fichar todas las noches y fichar es dictadura, los mismos sitios, misma tropa y ralea, las mismas gracias, mismas mentiras, la misma pobreza de ingenio. Las noches cazurras son parcas de paisaje humano y de emoción vivida. Solemne aburrimiento es su retablo.