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Los vecinos de La Pola de Gordón transformaron la localidad, con sus trajes y puestos, en una feria del siglo XIX; la Junta incluirá la muestra gordonesa en el calendario ferial autonómico

Como hace cien años

LA POLA. J. A. Barrio Planillo

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León

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Corresponsal de Diario de León La localidad de La Pola de Gordón, vivió ayer una jornada emotiva con la celebración de la cuarta edición del mercado tradicional Ángel González, que rememoraba la antigua usanza desde hace más de cien años. Buena muestra de ello fue el afán de los vecinos que un año más quisieron mostrar sus aparejos típicos. Los vecinos de La Pola demostraron su enorme interés de celebrar una nueva edición del mercado, que contó con un éxito rotundo de participación, tanto en el número de expositores como en la ambientación: los vecinos mostraron trajes y artilugios de hace más de cien años, como si de verdad se tratara del siglo XIX. La plaza de Cardenal Aguirre, fue el escenario de los numerosos puestos donde se vendían gallinas, alimentos, instrumentos antiguos y embutidos o panes y otro sinfín de enseres La directora general de Comercio y Consumo de la Junta de Castilla y León, Emiliana Molero, se desplazó ayer hasta La Pola para inaugurar oficialmente el evento, acompañada del jefe del Servicio de Industria, Emilio Fernández Tuñón y del jefe de Servicio de Agricultura, Fudentino Reyero, además de la presencia de diversos diputados provinciales y otras autoridades de la comarca. En el calendario ferial La directora general de Comercio, Emiliana Molero, destacó que el mercado de La Pola reúne todas las tradiciones centenarias e hizo alusión a la presentación de los productos artesanales y de costumbre, como un aliciente fundamental en el desarrollo de la muestra para las ediciones futuras. En este apartado, Emiliana Molero aseguró que «el mercado tradicional de La Pola de Gordón, será incluido en el calendario ferial de la Junta de Castilla y León». Por su parte, Fidentino Reyero y Emilio Fernández Tuñón coincidieron en señalar que este mercado intenta recuperar el pasado a través de sus tradiciones, pero que al mismo tiempo promociona turísticamente al municipio. Uno de los puestos que más aceptación tuvo ayer fue el referente a la tradicional máquina para asar las castañas, que repartió más de 200 kilos, así como el stand de la degustación de la morcilla polesa, que fue regada con vinos de la tierra.