Tanquam tábula rasa

Igual que una tabla rasa. Un ingeniero de caminos, otro agrónomo y uno más de neurona plana y cartabón picudo pasan la vista sobre una vega rizada de sebes con arbolón de lindero y sus ojos son una trilladora que deja hechos serrín diez siglos de paisaje. A la salvajada la llaman después concentración parcelaria y con un porrón de millones que caga el diablo en Europa rubrican la asolación. Atila lleva hoy corbata y monta un todoterreno autonómico que cruza el campo diciendo «España soy yo; y el resto, tierra conquistada». Fuera esa fronda de siglos, esas trochas entre prados, esas presas de fondo grijoso y lavado, acequias y reguerillas. Fuera pájaros y vida que bulle en los claustros de seto y palera. Arrasemos. Inventemos un nuevo paisaje, una esplanación sin árboles que impidan ver el bosque de codicia palurda que hay al fondo. Míralos. Ahora toca crimen en mi tierra, vieja cuna en la Vega de San Pedro, pues llega la horda ingenieril a Manzaneda de Torío, a Garrafe y su cirscunstancia municipal dispuesta a pasar garlopa y motosierra o, como dice Domingo, decidida de nuevo a tirar sus pedos más altos que el culo. Son ya muchas las riberas de primor y privilegio que he visto asoladas en aras a rentabilidad agraria que después no existe ni interesa; vegas en las que sólo praderío y pasto era su función sin que le quepa ningún otro cultivo o alternativa, por más pista y canaleto que le echen al invento. Así que concentran para nada, se gastan tres vagones de euros insultantes para que siga aquello igual de agrícolamente ruinoso, idéntico pasto, pero ahora sin vegetación... o, y aquí asoma la zorra en el gallinero, como parcela urbanizable en un futuro que es mañana por la mañana, al amanecer, hora de fusilamientos. Arrasarán sus linderos (algunos están escritos así desde los mozárabes) y talarán sus árboles. A la vuelta de dos días esas nuevas parcelas servirán sólo para plantar otros chopos rápidos y subvencionados. Para un viaje así no necesitábamos estas alforjas, este robo que se perpetra ahora en la ribera del Torío: Parcelación, asolación, río robado y hecho canal, cuadriculación del paisaje y colmatación urbanística o chaletera. Manda la especulación. Manda huevos. Mándalos a la mierda.