La Justicia asegura que el criminal, que mató a su padre a flechazos, carece de problemas mentales
El juez propone poner en libertad a Rabadán, el «asesino de la ballesta»
Andrés Rabadán, el «asesino de la ballesta», podría salir en libertad en las próximas fechas tras la propuesta en este sentido del juez de vigilan
El informe pone de manifiesto que «el asesino de la ballesta» tiene trastornos menores, como problemas de personalidad, que pueden ser tratados mediante un tratamiento ambulatorio sin necesidad de permanecer ingresado. No obstante, será la Audiencia la que decida. Esta instancia ya denegó una petición de libertad del «asesino de la ballesta» el pasado mes de julio al tener en cuenta que el condenado había intentado evadirse en tres ocasiones del pabellón en el que estaba recluido en la cárcel de Quatre Camins. En su último intento de fuga, Rabadán usó una sierra de 25 centímetros de longitud -que no procedía de ningún taller de la prisión- con la que logró cortar los barrotes de una ventana y acceder al techo del complejo penitenciario. Detectado por las cámaras de seguridad, fue reducido y detenido por los mossos d''escuadra. Interés por la sociedad Pese a lo reciente de estos sucesos, el juez Albiñana considera que ahora Rabadán está listo para obtener la libertad por que, aunque los delitos que cometió son «atroces», «estos factores no pueden sustentar una medida de internamiento con finalidad curativa». Además, según el dictamen del juez, los médicos que han escrutado la mente del preso han concluido que de un estado de «baja autoestima y tendencia al aislamiento» se ha pasado a otro «con predominio de la socialización y un especial interés por todas las actividades creativas». Sin embargo, el fiscal, que no comparte la opinión de Albiñana, ha pedido que «el asesino de la ballesta» siga internado por su «extrema peligrosidad». En este aspecto, el ministerio público señala que Rabadán padece «una psicosis esquizofrénica de tipo paranoide que está estabilizada, pero no curada». Andrés Rabadán, que tiene 30 años y lleva 8 internado en Quatre Camins, se someterá a nuevo reconocimiento psiquiátrico solicitado por la Audiencia de Barcelona, que será quien tome la decisión definitiva respecto a su posible salida de prisión. El «Asesino de la ballesta» mató a su padre, Marcial Rabadán Yepes, el primer domingo de febrero de 1994 en su casa de Sant Genis de Palafolls (Gerona). Con 20 años de edad, el parricida confesó que había actuado «como un robot» y que no sabía qué le había ocurrido, aunque con enorme frialdad explicó que tras un primer disparo, remató a progenitor con varias flechas más «para que no sufriera». Autor de sabotajes Al mismo tiempo, el joven se confesó también autor de tres sabotajes en la línea C-4 de cercanías de Renfe en el Maresme en los que no hubo que lamentar daños personales. Por esta causa, y no por el asesinato de su padre, del que se le consideró inocente en base a su estado mental, fue condenado a 18 años de prisión. Esta pena fue revocada por el Tribunal Supremo, que ordenó su internamiento en un centro psiquiátrico por un máximo de 20 años.