El lugar para que la pobreza no afecte al expediente académico
El centro Ozanam atiende cada año a medio centenar de menores en León y a sus familias. El servicio, con 37 años de experiencia en León, integra en los apoyos escolares no sólo a los niños y niñas de familias pobres, sino a padres, madres y hermanos, a los que llega también la merienda que se ofrece para toda la unidad familiar.
Salma es de León, tiene 11 años y su familia es de origen marroquí. Estudia 5º de Primaria. Hoy está preparando el examen de matemáticas. «Estoy sacando muy buenas notas. Este es el segundo año que vengo». La pobreza es uno de los principales riesgo de fracaso escolar. La dificultad de acceso a los servicios y a las tecnologías digitales, las relaciones sociales y al material escolar son motivo de descarte educativo. El centro Ozanam, el primer servicio que abrió en León la Sociedad San Vicente de Paúl, atiende cada año a medio centenar de menores a los que ofrece apoyo para estudiar las materias, material escolar y tecnológico, ropa y alimentos. El servicio se integra ahora en el programa de apoyos a las familias. «A los menores siempre les hemos dado la merienda, ahora también llevan alimentos para los hermanos que no acuden al centro». La gerente de San Vicente de Paúl de León, Sefi Herrero, destaca la importancia de la atención integral con el que crece este año el servicio. «El 65% de los menores que atendemos es de origen marroquí, el resto son españoles y latinoamericanos».
En el programa de menores se atienden a hijos e hijas de entre 6 y 16 años de la veintena de familias a las que atiende San Vicente de Paúl en León, cinco de ellas monomarentales. Un servicio que contó por primera vez en 2021 con alumnado de prácticas (3), además de tres personas voluntaria para atender a los menores.
En el mismo grupo que Salma está su hermano Mourad, de 13 años. Estudia 1º de ESO y hoy repasa inglés «El francés se me da muy bien, pero en inglés voy peor. Me esfuerzo mucho para aprobar y me gusta mucho participar en los juegos de mesa. Lo que más me gusta son las cartas».
A los dos les sobran ganas y talento, pero en su casa faltan los recursos económicos necesarios para que puedan disponer del material que necesitan para estudiar.
Al frente del primer grupo de la tarde está a educadora social, Natalia Tola Álvarez, que les ayuda a hacer los deberes y preparar la materia durante una hora y media cada día. «Además de las materias, organizamos talleres, trabajos manuales, higiene, dibujo y ocio y tiempo libre saludable, con salidas al parque».
En el aula está hoy también Riad, de 13 años, que estudia 2º de ESO y hoy repasa la materia de Lengua. «Me gustan todas las asignaturas y apruebo todo. En mi casa también estudio, pero aquí repaso las dudas». Delante está sentada su hermana, Maran, que tiene 10 años y prepara su próximo examen de ciencias naturales.
El centro Ozanam abrió en León en 1985 para dar un servicio de comedor escolar, que no existía en León para las familias más necesitadas. «Ahora estamos en coordinación con otros servicios», explica Andrea Gómez, educadora social. «Los menores que vienen aquí reciben apoyo escolar, ocio saludable y alimentos, que llegan a toda la unidad familiar». Además, desde que comenzó la pandemia, en el centro se les facilita mascarillas y material de protección contra el virus. «Durante el confinamiento se les facilitó apoyo tecnológico porque muchas de las familias que atendemos no tienen recursos para que sus hijos puedan seguir las clases de forma telemática. Se les hace un apoyo focalizado en sus necesidades para salvar la barrera tecnológica, se les indicaba los deberes que tenían que hacer y no se abandonó el servicio de reparto de alimentos, que se hizo casa por casa, según las necesidades de cada familia». A la mayoría de los hogares de los menores a los que se atiende, el reparto de alimentos de hace una vez a la semana gracias a la colaboración de la Fundación Alimerka y el Banco de Alimentos de León».
San Vicente de Paúl trabaja en red con otros servicios sociales de León. Los Centros de Acción Social (Ceas) derivan a las familias que más lo necesitan. «Todos los menores que llegan a este servicio están derivador por los Ceas municipales, que hacen una selección en función de las carencias económicas de las familias a las que atienden.
Además de el programa a familias, San Vicente de Paúl dispone del Programa Transeúnte, que funciona desde 1996, con la Casa Hogar y el Centro de Acogida Nocturna Calor y Café. Desde el 2 de noviembre de 2013 está abierto el Centro de Día Concepción Arenal, destinado a personas sin hogar, familias con precariedad, personas con enfermedad mental o carencias familiares.