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La gran nevera de España que preserva 1.400 semillas de León

Conservar la capacidad gernitiva de las especies que ya no se cultivan en los campos. Ese es el objetivo del Centro de Recursos Fitogenéticos del INIA-CSIC, que guarda los mejores recursos agrícolas y los regenera para que no se pierdan

El director del Centro de Recursos Fitogenéticos, Luis Guash, muestra un bote con lentejas de León. BENITO ORDÓÑEZ

León

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Una gran nevera situada en Alcalá de Henares  salvaguarda las semillas que garantizan la alimentación en España en caso de una catástrofe medioambiental. En este arcón  que gestiona el Centro de Recursos Fitogenéticos del INIA-CSIC se conservan 1.440 lotes de semillas procedentes de León, que se guardan en botes junto a  otros 46.000 lotes  de seguridad con semillas procedentes de toda España, de las que 22.000 están activas. El objetivo es que no se pierda ninguna especie que la agricultura tradicional ha abandonado con el paso de los años por las exigencias de la Política Agracia Común  (PAC) y que están consideradas como recursos alimentarios importantes para el planeta. 

Las simientes que atesoran los principios básicos de la alimentación de León se preservan en 1.440 lotes, con botes que contienen algarrobas, judías manto de la virgen, cebolla del país, zanahoria negra, yeros, habas tremesina, judías pinta y plancheta, de la virgen, de riñón, canela, morada, palmeña redonda y lentejas procedentes de distintos puntos de la provincia como Villacillo, Valdepolo, Villamoratiel de las Matas, Valdepiélago, Puebla de Lillo, Santa Elena de Jamuz, Villafranca del Bierzo, Matadeón de los Oteros, Villasabariego, La Pola de Gordón, Bustillo del Páramo, Villanueva de las Manzanas, Castrocontrigo, La Bañeza, Castrillo de la Valduerna, Villaquejida, Bustillo del Páramo, San Cristóbal de la Polantera, Boñar y Matanza. Toda una despensa de León en manos de expertos y científicos que mantienen y conservan en un depósito las muestras de una colección que se unificó en el centro madrileño hace seis años. 

«En los años 70 del siglo pasado, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) se da cuenta que se perdía el potencial de las variedades de semillas más antiguas. El centro se creó en España en 1981 y hasta el año 2004 se realizó una labor de recolección de especies que ya no se comercializan. El último gran momento de recolección se hizo en 2018 y todas las semillas se guardaron en el mismo centro». El director de este gran banco de semillas, Luis Guash, explica que las semillas necesitan condiciones óptimas de humedad.

Réplica y cultivo de algunas semillas. BENITO ORDÓÑEZ

Para que las semillas sean viables el mayor tiempo posible (a veces cientos de años) necesitan su multiplicación en un campo en las condiciones adecuadas para el mantenimiento de sus cualidades, sin cruces ni mezclas. Para este trabajo, el centro cuenta con la colaboración de equipos de científicos de distintos puntos de España, entre los que se encuentra el Grupo de Ingeniería y Agricultura Sostenible liderado por Pedro Casquero con sede en la Escuela de Ingeniería Agraria y Forestal de la Universidad de León. «La producción de judía verde, tradicionalmente considerada como un cultivo hortícola, se centra en la cuenca mediterránea, mientras la producción de judía grano o alubia se concentra en el noroeste de la Península Ibérica, siendo León la principal provincia productora», explica Pedro Casquero.


El centro conserva las colecciones que iniciaron los mejoradores en los años 70 del siglo pasado

«El cultivo de la alubia en León se ha basado tradicionalmente en el empleo de variedades locales conservadas año tras año por los propios agricultores en coevolución con el medio ambiente en el que se cultivan. La reducción de la población agraria unido a las políticas agrarias desarrolladas en el ultimo cuarto del siglo XX dieron lugar al abandono del cultivo o a la sustitución de esas variedades locales. Para evitar esa erosión genética se realizaron recolecciones de esas variedades locales que fueron depositadas en forma de semillas en el Centro de Recursos Fitogenéticos. Esas variedades deben regeneradas para evitar que las semillas pierdan su capacidad germinativa. Estas multiplicaciones se realizan en las mismas zonas ambientales donde fueron recogidas evaluando las características agronómicas de esas variedades locales». Y ese es el trabajo de los equipos de investigación distribuidos por toda España. 

Cada equipo multiplica semillas diferentes, que después se conservan o se donan a los agricultores que quieren sembrarlas para un uso no comercial. El Centro de Recursos Fitogenéticos del CSIC recibe cada año 500 pedidos para su explotación no comercial. «Son agricultores que tienen interés en mantener especies que ya no se cultivan para su uso personal. Nosotros les cedemos las semillas que conservamos y replicamos», explica  el director del centro, Luis Guash. «El material que mandamos está libre de patógenos».

El Banco de Geoplasmas de Vid conserva Prieto Picudo y el de Albalejito tiene lentejas de León

Los científicos que colaboran con el centro madrileño mantienen las semillas vivas, con ensayos que monitorizan su viabilidad «tanto de la colección del centro como del resto de bancos  españoles, que multiplican y regeneran las semillas». Es el caso de la variedad de uva Prieto Picudo, que se conserva en el Banco de Germoplasma de Vid de Alcalá de Henares, o 48 semillas de lentejas de León guardadas en el centro de Albalejito de Cuenca.

El equipo de investigadores del Centro de Recursos Fitogenéticos del INIA-CSIC ha seleccionado 27 especies de semillas de la provincia de León para enviar al Banco de Semillas de Svalbard, una infraestructura científica mundial que guarda un millón de muestras de todo el mundo. Entre este material de diferentes cultivos de todos los países se conservarán dos especies de cebollas, dos de lentejas, zanahoria, altramuces, varias judías (15), un trigo, tres algarrobas y dos yeros procedentes de cultivos de la provincia de León, que perduran en Noruega.

Un grupo de la ULE duplica la diversidad genética de la judía

El grupo de Ingeniería y Agricultura Sostenible de la ULE liderado por Pedro Casquero. FERNANDO OTERO

El grupo de Ingeniería y Agricultura Sostenible liderado por Pedro Casquero con sede en la Escuela de Ingeniería Agraria y Forestal de la Universidad de León participa de forma regular desde 1997 en proyectos nacionales competitivos de convocatoria pública de recursos fitogenéticos en colaboración con el Centro de Recursos Fitogenéticos con el objetivo de la conservación, caracterización, evaluación y duplicación de la diversidad genética local de la alubia o judía común (Phaseolus vulgaris, L.).

El trabajo permite regenerar y multiplicar las variedades locales conservadas, caracterizar las variedades desde un punto de vista agronómico (ciclo de cultivo, resistencia a plagas y enfermedades), morfológico y de calidad culinaria; mejorar y completar la colección incorporando entradas de la de León a las conservadas en el centro de Madrid; duplicar la colección activa del Grupo de Ingeniería Sostenible de la Universidad de León en el Centro de Recursos Fitogenéticos; y el desarrollo de una base de datos de las accesiones de judía para poner a disposición de los agricultores, investigadores y futuras generaciones para su mantenimiento.