Comida de casa

Con cuchara y tenedor se puede dar cuenta de un repertorio de platos exquisitos en Casa Rafa; exquisito, que es cuando en el paladar confluyen la textura y el sabor, y el comensal comprende el porqué de apellido tradicional de una cocina que abarca generaciones. La segunda se hace hueco codo a codo con la primera. «Aquí siguen remando Rafa y Nori», dice Blas, que habla con el respeto debido de los alumnos aplicados hacia los buenos maestros, de los hijos apegados y guardianes de la gesta de los progenitores, que hace cuatro décadas pusieron en marcha un referente exclusivo de la gastronomía leonesa.

Imprescindible, hoy, en la lista de la restauración leonesa. Lo dice el género que se ofrece en este sitio, que mantiene la esencia de la buena comida, siempre firme ante los vaivenes de modas pasajeras con las que engañar el apetito. Cocina casera en Casa Rafa.

El cabrito al horno, las gambas con torreznos, las patatas a la importancia, el entrecot,,,, continúa Blas Blanco García, que creció en el lugar, en un repaso a la carta a disposición del comensal, que extiende la servilleta para dejar hueco a la carta de postres, con indicación geográfica protegida en la repostería leonesa; si no, un tocinillo, una tarta de queso, para poner los puntos finales, punto y seguido, casi siempre, a este homenaje sencillo y reparador que elabora a diario el restaurante Casa Rafa entre fogones que desenvuelven Luis Gil, jefe de cocina, y Pablo Chamorro.

Esa cocina que capitanea desde el inicio Nori García, y donde se tramita también la oferta del otro segmento por el que Casa Rafa se distingue ante la clientela; el tapeo con cosas de León que son tentaciones para acompañar el aperitivo y el vino de la tarde, arroces con menuditos de lechazo, las patatas con callos. Y así, vuelta al principio, en las entradas de un restaurante que da la vista principal a una terraza innovadora en el centro de León.