«Es bueno y sano hacer las instrucciones previas, te enfrentas a la muerte propia»

Antonio Blanco Mercadé, presidente de la Comisión de Bioética de Castilla y León considera «muy recomendable» realizar el documento de instrucciones previas. Ante situaciones dramáticas de personas que sufren un problema orgánico irreversible o se van a quedar en estado vegetativo permanente, tener o no tener este documento marca la diferencia. El «gran dilema de retirar o no la nutrición artificial o respiración asistida a una persona en esta situación dramática se ha resuelto en Estados Unidos en algunos casos por los tribunales. Eso es muy triste», subraya.

Por el contrario si existe el documento, la situación es bien distinta. «Hemos tenido que resolver temas peliagudos como el caso de un hombre joven, pero tenía las instrucciones y se cumplió su deseo», añade.

Todos los registros de instrucciones previas están intercomunicados y los médicos tienen la obligación, en caso de que el paciente pierda su capacidad, de consultarlo para seguir las indicaciones correspondientes.

Blanco Mercadé defiende que el testamento vital tiene un segundo motivo beneficioso. «Te obliga a enfrentarte con tu propia muerte. Y eso es muy bueno y muy sano. Te das cuenta de que la vida hay que aprovecharla a tope». En contra de lo que se cree, no se trata de una cuestión a abordar «cuando uno se hace mayor». La experiencia «nos dice que los casos más dramáticos se presentan en personas jóvenes».

Personalmente, «yo lo tengo desde hace mucho tiempo y hace unos meses lo he actualizado». El avance en los tratamientos médicos o el cambio de opinión se pueden reflejar en cualquier momento en el documento.