León, destino de prácticas laborales
Tres jóvenes de la Bretaña francesa han hecho sus prácticas de Erasmus+ en establecimientos leoneses de hostelería, restauración y comercio bio. Una experiencia que llega de la mano de la Asociación Auryn, inmersa en diversos programas europeos de interculturalidad y voluntariado.
Lo normal es que los jóvenes leoneses salgan de la provincia en busca de trabajo. Lo extraordinario es que jóvenes de otros países europeos desplieguen sus alas en el mundo laboral en León. Es una posibilidad que se ha convertido en realidad en los dos últimos meses para tres jóvenes franceses que han disfrutado de un Erasmus + en la capital leonesa en la primera experiencia que desarrolla Auryn.
Suzanne, de 23 años y Hugo y Elliot, de 19, han hecho prácticas laborales en León durante dos meses a través de un programa Erasmus +. Estaban en la encrucijada de decidir qué rumbo dar a sus vidas tras terminar sus estudios de música y arte y bachillerato. Y han tenido su primer contacto con el mundo laboral como parte de una experiencia vital de inmersión en otro país, otra lengua y otra cultura.
Es el espíritu de los programas Erasmus +, dirigidos a jóvenes de 18 a 30 años de la Unión Europea. En León, Elliot ha probado el oficio de camarero en el restaurante La Somoza, uno de los referentes de la cocina tradicional en León; Hugo ha conocido el trato familiar y cercano con la clientela de la tienda de productos de comercio justo y biológico de Equitanea y Suzanne ha tomado contacto con los peregrinos del Hostel León de la calle Ancha en combinación con ayudante de conversación en la Escuela Oficial de Idiomas.
Han llegado a León a través de Gwemili (Golondrina), una entidad pública oficial de la Bretaña francesa que trabaja con jóvenes de 16 a 25 años y, a través de un partenariado con la asociación Auryn, les ha proporcionado el contacto con las empresas para lanzarse a volar, ampliar sus horizontes y tomar contacto con otra realidad social, cultural y económica.
Apenas sabían unas palabras de español y han sobrevivido a la inmersión total en tan solo dos meses. En en el caso de Elliot, con nota. Ha aprendido el idioma con tanta facilidad que casi hace de intérprete con sus compañeros en la entrevista. El ajetreo de La Somoza y su don de gentes han sido de gran ayuda. Las prácticas en el restaurante han sido, sobre todo, «una experiencia vital». A priori, el mundo de la restauración no tiene nada que ver con su proyecto en Francia: «Trabajo en otro país para conocer la cultura, el idioma...».
Ha sido muy gratificante. En el restaurante «hacía de camarero y cobraba, hablaba con los clientes, comentaba los servicios». Está contento de la acogida en la empresa y del trato y ha comprendido «las competencias que se necesitan para el trabajo». «Hay que reflexionar y pensar y cuando es difícil, echarle fuerza», dice animoso.
«Antes de venir aquí tenía mucho miedo, pero ha sido una buena experiencia», comenta Suzanne. Los dos meses de prácticas que acaba de finalizar no han sido los de mayor actividad en el Hostel León, por lo que pudo combinar el trabajo en este establecimiento con clases de conversación en la Escuela Oficial de Idiomas. «Fue muy flexible, porque ella prefería trabajar con niños, pero no había esa opción», comenta Ainoa, la coordinadora del programa en Auryn
La dueña del Hostel León, Ana López, está acostumbrada a tener a personas en prácticas. «Todos los años viene alguien de Cáritas y Auryn nos presentó esta iniciativa. Nos gusta ayudar y es un proyecto muy bonito» que va con su filosofía de ayudar al peregrino. Ella misma tuvo una experiencia Erasmus en Londres cuando terminó sus estudios de turismo. «La primera semana te da mucho miedo, pero una vez que lo superas es una experiencia magnífica».
Hugo ya tenía cierta en experiencia en Francia en una tienda de productos biológicos. En León ha experimentado el trato familiar con la clientela en Equitanea, tienda de referencia del comercio justo y biológico que no dudó en abrir sus puertas al programa. Su proyecto laboral es convertirse en peluquero, como su madre pero quería tener una experiencia en otro país.
En León han aprendido que, al contrario que en su país, es normal «hablar y comer al mismo tiempo», han descubierto la sabrosa tortilla de patata (Hugo), el «jamón de mi jefe» (Elliot) y la morcilla (Suzanne), aunque no queda muy claro si le gusta más la de Burgos o la León.
Auryn colabora con campus europeos de voluntariado desde 2019. «Nos propusieron participar en este proyecto en el que Gwemili, la entidad francesa, selecciona a los candidatos dentro de su programa de garantía juvenil». La asociación leonesa se ocupa de buscar a las empresas o entidades donde los jóvenes realizan las prácticas «que encajen con sus intereses y valores», explica la coordinadora.
La primera experiencia la tuvieron en noviembre y diciembre con una persona que realizó las prácticas en el centro juvenil de Auryn y ahora han seguido con el trío de jóvenes franceses. Ahora estudia la posibilidad de convertirse en entidad que oferte este mismo servicio a jóvenes leoneses que quieran probar experiencias laborales en otros países europeos.
Este tipo de movilidad europea está abierta a jóvenes emprendedores, voluntarios, agricultores y desempleados.