Transfusiones para paliar el alzhéimer
Un estudio apunta a que realizar trasvases periódicos de sangre podría permitir a los pacientes con esta patología degenerativa aliviar la enfermedad temporalmente
Una nueva vía de esperanza se abre para los pacientes con demencia. Estudios realizados en animales indican que realizar transfusiones periódicas y completas de plasma sanguíneo permiten a los afectados por alzhéimer recuperar temporalmente la conciencia hasta el punto de interactuar con otras personas con normalidad, como si hubieran superado la dolencia. Según distintos trabajos en proceso de investigación, ocurre sobre todo en fases tempranas de la enfermedad. El problema, de momento, es que pasado un tiempo, el efecto de la terapia decae y los pacientes vuelven al estado en el que se encontraban al principio.
«Es una experiencia muy interesante, que se está trabajando con un proyecto liderado desde España, aún en desarrollo», explica el neurólogo del hospital de Cruces Manuel Fernández, convencido de que las investigaciones van por buen camino. «De momento, el efecto logrado parece que no es estable, pero toda investigación necesita un tiempo. Muchas cosas que hace unos años parecían imposibles hoy son práctica clínica rutinaria», afirma esperanzado el especialista, profesor del Departamento de Neurociencias de la Facultad de Medicina y Enfermería de la Universidad del País Vasco (UPV).
La publicación internacional Molecular Psichiatry recogía hace unos días los esperanzadores resultados de un estudio con ratones de la Universidad de Texas, en Houston. Ese trabajo señala que el intercambio de sangre completa se presenta como una «posible terapia modificadora» de la enfermedad de alzhéimer. Esto se debe a que la mayor parte de una de las dos proteínas causantes la enfermedad, las beta-amiloides, circulan por la sangre antes de depositarse en el cerebro. El ‘saneo’ del torrente sanguíneo a través de técnicas como la hemodiálisis evitaría su acumulación, hasta que vuelve a contaminarse. Claudio Soto, autor principal del estudio, incide en lo esperanzador del hallazgo: «Podemos tratar la enfermedad mientras circula por la sangre antes de que llegue al cerebro», confía.