«El análisis de datos nos permite implantar hábitos más saludables»
CARMEN TAPIA
LEÓN
Los grupos de investigación Salbis (Salud, Bienestar, Ingeniería y Sostenibilidad Sociosanitaria) y Secomuci (Seguridad y Conocimiento en el Mundo Cibernético) trabajan en la Universidad de León en proyectos digitales que permitan mejorar la salud de las personas. José Alberto Benítez, profesor ayudante Doctor del área de Ingeniería de Sistemas y Automática y miembro del grupo SALBIS explica en esta entrevista el trabajo y los objetivos de los proyectos.
—¿En qué consiste el proyecto en el que están trabajando ahora?
—El proyecto que presentamos en abril de 2021 a ULE-PoC, Pruebas de Concepto de la Universidad de León, y que fue premiado con una financiación de 8.000 euros tiene como título Adquisición de rutinas saludables en población con tendencia a la obesidad, a través de una plataforma de coaching automatizado basada en redes sociales y Web Semántica. Este proyecto tiene como objetivo inicial generar una app móvil que hemos llamado SEBLE (Sé Saludable) mediante la cual conseguir alcanzar el objetivo principal de la intervención, que consiste en mejorar los hábitos de vida de la población adulta para prevenir el sobrepeso, la obesidad o ayudar a reducirlo en la medida de lo posible. Tras esta financiación conseguida en abril de 2021, hemos podido trabajar en crear la aplicación que ya se encuentra disponible en Google Play para dispositivos Android, aunque todavía se encuentra en fase de pruebas. Una vez se finalice la aplicación, realizaremos una intervención con la población universitaria (PDI, PAS y estudiantes) que, tras analizar sus resultados, podremos extender al ámbito nacional e internacional.
—¿Quiénes conforman el equipo?
—El equipo lo conformamos 7 PDI de la Universidad de León, del área de Enfermería y del área de Ingeniería de Sistemas y Automática, y una doctoranda Personal Docente Investigado, Pilar Marqués Sánche, de Enfermería, Carmen Benavides Cuéllar y Isaías García Rodríguez de Ingeniería de Sistemas y Automática, Natalia Arias Ramos Cristina Liébana Presa, Elena Fernández Martínes, de Enfermería y yo, dademás de la doctoranda Sara Puente Hidalgo, de Ingeniería de Sistemas y Automática.
—Además de esa financiación ¿con qué otros apoyos contáis?
—Además de esta financiación, hemos contado las ayudas a proyectos no financiados en convocatorias nacionales que lo proporciona la propia Universidad de León por una cuantía de aproximadamente 3.000 euros más.
—Os centráis en el estudio de las redes sociales ¿cómo influyen en la salud de los jóvenes y desde qué punto de vista?
—Creo que primero debo explicar el concepto de red social. A día de hoy, cuando se habla de redes sociales, en realidad se habla de las redes sociales digitales, es decir, Twitter, Instagram, Facebook o TikTok, por ejemplo. En nuestro caso, el término red social se define como aquella red formada por nodos o actores que tienen una relación o vínculo entre ellos. Si hablamos de una red social personal, los actores son personas y la relación puede ser, por ejemplo, la amistad, ser compañeros de trabajo, ser familiares, etc. En un aula, los alumnos que se encuentran en ella tienen en común la relación de ser compañeros, luego puede haber niveles dentro de una relación que permitan determinar si hay más o menos afinidad entre las personas. El siguiente concepto importante es el de la metodología que nos permite obtener métricas de esa red social. Esta metodología es la que conocemos como análisis de redes sociales, o ARS. Gracias al ARS es posible obtener valores numéricos que nos ayuden a entender el comportamiento de una red social y, analizando dicho comportamiento, es posible realizar intervenciones que ayuden a mejorar o resolver un problema. Por ejemplo, una de nuestras investigaciones en ARS dentro de las aulas nos permitió obtener información acerca de qué patrones tenían los adolescentes con más riesgo de padecer alcoholemia, ayudándonos a generar una intervención que permitiera prevenir este tipo de actitudes. En este caso, en el proyecto que nos atañe, una aplicación nos puede ayudar a estudiar las redes sociales generadas en las aulas y su relación con los hábitos de vida de estas personas. Mediante el análisis posterior de estos datos, se pueden realizar intervenciones que ayuden a mejorar o prevenir la obesidad y el sobrepeso en un grupo de población determinado.
—¿Cuáles fueron los resultados del primer proyecto Sano y feliz?
—Sano y Feliz es una aplicación que nació en 2018 y que fue utilizada para realizar una intervención financiada por la Junta de Castilla y León en una convocatoria pública competitiva durante los años 2018 a 2021. Se trataba de una aplicación web responsive (que se adapta a dispositivos móviles y tablets) en la cual había funcionalidades de red social digital, es decir, podían generarse redes de amistad dentro de la misma, pero, además, se ofrecían consejos sobre nutrición y actividad física a los usuarios. Mediante esta aplicación realizamos una intervención en dos colegios de Ponferrada y en dos colegios de León a lo largo de 4 meses. En dicha intervención se pudo medir la posible mejora o empeoramiento de hábitos haciendo uso de la misma, observando que los tres colegios que hicieron uso de la aplicación, mejoraron sus hábitos más que el colegio que se utilizó como grupo de control. Gracias a esta intervención se generó una vía de investigación de interés que todavía debe ser mejorada y explotada en el contexto del problema principal que se pretende resolver o mejorar como es el sobrepeso y la obesidad en la población.
—¿Cómo afectó eso a su estado general de salud?
—La aplicación web Sano y Feliz (www.sanoyfeliz.es) permitió a los estudiantes crearse un usuario y, a través de este, realizar una serie de acciones dentro de la red social: agregar amigos, publicar en el muro, enviar mensajes a sus amigos, publicar actividades que realizaban y, además, recibían consejos relacionados con buenos hábitos de alimentación y actividad física. Desde esta aplicación se recopiló también información sobre los estudiantes mediante varios cuestionarios validados para valorar el nivel de hábitos saludables que tenían tanto en el ámbito nutricional, a través del Kidmed, como en el ámbito de la actividad física, mediante el PAQ-A. La aplicación también contaba con un sistema de recompensa que llamamos BIENstars. Cada vez que los estudiantes leían el blog interno de Sano y Feliz, recibían varias de estas estrellas. Programar un evento saludable, como realizar actividad física para que otros estudiantes se apuntasen a dicho evento, también permitía obtener más de estas estrellas. A medida que se iban consiguiendo más estrellas, se subía de nivel. Los estudiantes no fueron informados de qué acciones en la plataforma aportaban más puntos con el objetivo de que ellos mismos fueran descubriendo más dentro de la plataforma.
Además de esto, los alumnos se pesaban y medían su contorno de cintura, cadera y perímetro de cuello. Con su estatura y su peso es posible calcular el Índice de Masa Corporal y mediante los contornos, es posible estimar la cantidad de grasa que tienen. Es importante destacar que el Índice de Masa Corporal todavía es muy utilizado hoy en día para determinar la salud de las personas. Sin embargo, tiene algunas deficiencias que pueden ser subsanadas si se tienen otras variables en cuenta, como, por ejemplo, las medidas de los contornos indicadas. Resumiendo, la aplicación web contenía funcionalidades típicas de una red social, como Facebook, pero, a mayores, ofrecía consejos sobre actividad física y nutrición en forma de pequeños tips o en artículos extendidos de blog, disponía de un sistema de puntuación que valoraba actitudes saludables entre los usuarios con el fin de fomentarlas. Con respecto a la intervención, hubo un grupo de control que solo tuvo acceso a la parte «pública» de la web, es decir, tan solo se les indicó que podían leer artículos sobre nutrición y actividad física, los otros grupos tuvieron acceso completo a la aplicación durante toda la intervención. Primero se presentó la aplicación entre el alumnado, contando con el apoyo de los tutores y profesores de educación física. Se recolectaron datos el primer día de la intervención, tanto de sus medidas corporales como de sus hábitos a nivel nutricional y de actividad física. También se realizó una encuesta que permitió obtener información sobre las redes sociales de los alumnos: con quién de sus compañeros les gustaba pasar más tiempo juntos o con quién les gustaría realizar más actividades. A lo largo de tres meses siguieron utilizando esta aplicación, salvo el grupo de control.
Tras finalizar la intervención, volvimos a recolectar los mismos datos que el primer día. Finalizada esta intervención, realizamos un análisis de estos datos.
En la fase de análisis pudimos observar que los alumnos que habían hecho uso de la aplicación durante los tres meses mejoraron su condición física de manera significativa. Algunos alumnos que tenían sobrepeso, pasaron a tener normopeso y algunos alumnos que tenían infrapeso, también tendieron a alcanzar el normopeso. En comparación con el grupo de control que no hizo uso de la aplicación, la mejora de la condición física de los que usaron la aplicación fue significativamente mayor. Todo esto pudo ser publicado científicamente en revistas indexadas de impacto situadas en el primer y segundo cuartil, así como en congresos internacionales. Con respecto a qué patrones cambiaron en los alumnos, básicamente sus hábitos a nivel de actividad física y nutrición medidos a través de los cuestionarios PAQ-A y Kidmed. Estos cuestionarios contienen una serie de preguntas mediante las cuales es posible valorar si una persona es más o menos saludable en sus hábitos nutricionales y de actividad física.
— Dice que la App está en periodo de pruebas. ¿Qué contenidos tiene la app y cómo se personaliza para hacer el seguimiento?
—La nueva aplicación que nació a raíz de Sano y Feliz es una aplicación móvil que hemos denominado SEBLE (Sé Saludable). Esta aplicación permite a los usuarios registrados realizar acciones como indicar su estado de ánimo a diario, añadir actividad física realizada cada día (ya sea correr, ir en bici, andar o incluso practicar alguna disciplina deportiva), visitar perfiles de amigos, poner comentarios y seguir también su posición en un ranking semanal basado en la actividad física que realizan. Su funcionamiento es similar a otras aplicaciones como puede ser, por ejemplo, Samsung Health, pero con algunas características que la diferencian de esta. Por ejemplo, la aplicación valora mediante la información que inserta el usuario los hábitos que tiene a nivel de nutrición, actividad física y también estado anémico. En base a estos datos, la aplicación lanza mensajes adaptados a dichos niveles con el objetivo de inculcar al usuario mejores hábitos. Por ejemplo, si el usuario no realiza mucha actividad física, la aplicación le lanza mensajes motivacionales para que valore la importancia que tiene la actividad física en su calidad de vida y que, con esa motivación, mejore, poco a poco, esos hábitos. Esta aplicación está pensada para la población adulta, ya que, los mensajes que se envían no están redactados de la misma forma que en la aplicación Sano y Feliz, enfocada a los adolescentes. Hoy en día la obesidad y el sobrepeso se han extendido a nivel nacional y mundial afectando a un grupo muy elevado de nuestra población. Padecer sobrepeso u obesidad provoca la aparición de enfermedades más graves como la diabetes, enfermedades cerebrovasculares y otras enfermedades que pueden acabar con la calidad de vida del paciente o incluso con su vida.
—Dice que después del periodo de pruebas realizarán una intervención en la población universitaria. ¿Tiene datos previos de los hábitos de la población universitaria de León? ¿qué objetivos persiguen?
—Al igual que realizamos una intervención en adolescentes haciendo uso de la aplicación Sano y Feliz, en esta ocasión haremos una intervención en la población adulta y, más concretamente, entre los estudiantes y el personal que trabaja en la Universidad de León (PAS y PDI). Esta intervención nos permitirá recolectar datos de la población universitaria antes de hacer uso de la aplicación y tras varios meses haciendo uso de ella. Los objetivos principales que perseguimos con esta intervención son analizar los hábitos de la población universitaria antes y después de la aplicación y, determinar si el uso de la aplicación ha podido influir positivamente en la mejora de estos hábitos. La aplicación cuenta con un sistema de notificaciones personalizadas que, dependiendo del uso que haga el usuario de ella, recibe más o menos notificaciones y con unos u otros enfoques en los mensajes que se envían. Por ejemplo, una persona que es muy activa, recibirá notificaciones indicando que su estilo de vida es muy bueno y que esto ayudará a mantener una mejor calidad de vida a lo largo de los años. Por el contrario, a una persona que no tenga buenos hábitos, se le enviarán notificaciones intentando fomentar que los mejore, mostrándole lo importante que puede ser para su calidad de vidad a lo largo del tiempo.