Más mayores pobres por la pandemia del coronavirus
Los pensionistas no contributivos y viudedad afrontan gastos relacionados con las medidas de protección que no pueden pagar
Más del 66% de las personas mayores atendidadas por Cruz Roja están en situación de riesgo de pobreza o exclusión social. Incluso, un 5,7% tiene dificultades para hacer frente al pago de la vivienda o los suministros, el 14,6 sufre pobreza energética y el 4,3% no puede permitirse tomar alimentos con proteínas tres veces a la semana.
Así se desprende de los datos del Boletín de Vulnerabilidad Social que ha presentado Cruz Roja acerca de la situación de las personas mayores atendidas en el contexto de la crisis de la covid-19.
La entidad advierte de que las personas mayores con pensiones no contributivas o de viudedad han tenido que afrontar gastos relacionados con medidas de protección por la pandemia sanitaria y al encarecimiento de la cesta de la compra, al tiempo que ayudaban a hijos e hijas con problemas de desempleo. El personal de Cruz Roja ha llegado a calificar estos casos como «situaciones límite». Cerca del 10% han ayudado económicamente a otras personas, principalmente, hijos e hijas, pero también a personas de su entorno que experimentaban dificultades económicas en el contexto de la pandemia.
Las mujeres, mayoría
Las mujeres son mayoría entre las personas que viven solas (78,5%) y entre las que declaran tener dificultades para llegar a fin de mes (76,4%). La situación de las mujeres mayores atendidas por Cruz Roja es de mayor vulnerabilidad que la de los varones, tanto en lo que respecta a la salud física y psicológica como a la situación socioeconómica o a los problemas de accesibilidad.
Para las personas mayores, adaptarse a los cambios que ha ido marcando la covid-19 ha supuesto un esfuerzo adicional, a veces incluso inalcanzable, especialmente cuando se habla de la tecnología.
Así, el 73,4% de las personas participantes en el estudio nunca utiliza internet a través del ordenador o el teléfono móvil, porcentaje que sube hasta casi el 90% si la población supera los 80 años de edad.
Entre quienes sí usan esta tecnología, los servicios de mensajería y las videollamadas (33,1%) les han permitido mantenerse en contacto con sus seres queridos. Sin embargo, uno de los impactos más negativos de esta brecha digital es la falta de acceso y manejo de las nuevas aplicaciones digitales para la gestión de servicios, prestaciones o incluso atención médica u otras gestiones sanitarias. La paralización de procedimientos administrativos ha afectado a personas mayores que estaban en proceso de tramitar algún tipo de pensión, ayuda técnica o determinación de la dependencia, lo que pudo dar lugar a la falta de ingresos o de cuidados.
El 50,5% de las personas encuestadas que no utilizan internet, o lo hace escasamente, asegura no saber cómo hacerlo, ni tener interés en ello.