Ángel Tejerina, primer centenario de Las Salas
El jesuita, que se ordenó en Lovaina en 1953 y fue estrecho colaborador del padre Arrupe, celebra hoy sus cien años en la residencia de Salamanca de la orden junto a sus familiares
Las Salas (Crémenes) ya cuenta con su primer centenario. Ángel Tejerina Diez, destacado jesuita nacido en este pueblo el 7 de octubre de 1922, cumple hoy sus primeras tres cifras arropado por la familia en la residencia de la orden en Salamanca en la que pasa su retiro. El primero que alcanza esta edad en Las Salas. Hijo de una familia labradora y con seis hermanos, se unió muy joven a la compañía. Su extraordinaria viveza e inteligencia captó la atención de los ‘ojeadores’ que enviaban los jesuitas a unos pueblos repletos de rapaces en busca de futuros talentos.
Se ordenó en Lovaina en 1953 donde aprendió diversas lenguas. Pero nunca perdió sus raíces y su cultura. Fue aficionado a la lucha leonesa, tanto que dedicó a esta disciplina deportiva vernácula el romance ‘La lucha leonesa a imitación de Homero’ con tan solo veinte años. Provincial de los Jesuitas durante varios años en León es un gran conocedor de su tierra y, aunque por pocos días, regresaba en verano a Las Salas sin perder la ocasión de subir a decir misa al alto de Las Pintas al pie de una imagen de la virgen de Roblo que en 1971 subió hasta sus 1.984 metro el pueblo de Las Salas. Llegó salir hasta de madrugada de León, con una devoción casi temeraria, para cumplir con la virgen de Roblo. Cuentan sus sobrinos que todos los días lee antiguos textos griegos, y tan solo hace tres años editó el libro Los cuatro evangelios en las misas de los domingos , en lengua griega y española, en un volumen de 352 páginas (catalogado en la Biblioteca Pontificia de Salamanca).
El religioso
Hijo de una familia labradora y con seis hermanos, se unió muy joven a la compañía
Ángel Tejerina fue estrecho colaborador del padre Arrupe, prepósito hasta 1981, quien le nombró provincial de León, cargo que abarcaba no sólo la provincia de León sino también las de Zamora, Salamanca, así como toda Galicia y Asturias. A principio de los años 80, Ángel Tejerina fue considerado como su posible sustituto como General de la Compañía de Jesús. La tarea más difícil y compleja que le fue encomendada, fue la de coordinar el traslado de la Universidad Pontificia de Comillas a Madrid en 1969, tarea que concluyó con extraordinario éxito.