Diario de León
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c Luis Alberto Rodríguez Arroyo escribe: «A todas luces es inadecuado, reprobable y censurable gritar desde una ventana consignas machistas, independientemente de que las destinatarias las perciban o no como tal o incluso tengan respuesta para ellas. Máxime cuando lo políticamente correcto –o en este caso lo incorrecto- está a flor de piel. Es decir, un ente –se desconoce con concreción quién- dicta lo correcto y lo que deja de serlo y la senda a seguir, de la que si patinas y te desvías –como lo ocurrido- te aplica la ley de la anulación social. Así las cosas, un joven -enardecido por la multitud y refugiado en la nocturnidad y alevosía- vocifera inaceptables proclamas al colegio de enfrente. Acto seguido su acción pasa a formar parte del orden del día del presidente del Gobierno, es objeto de investigación por la Fiscalía, argumento de la ministra de Igualdad, carne de tertulia radiofónica, tinta de titular en prensa y objeto de vaivenes a izquierda –por incitar la «cultura de la violación y el terror sexual»- y derecha –por sacudirse la acusación de ser el origen-. Resulta obvio que la actitud del socialmente finado y sus acompañantes precisa de medidas correctoras, pero es dudoso que la hipertrofia política con la que actualmente se tratan estos sucesos sea el modo óptimo de reeducar mentes dispersas entre lo políticamente incorrecto».

c Enrique Stuyck expresa que «no se habla de otra cosa en todos los medios, pero el protagonista de la noticia parece como si se le hubiera tragado la tierra. Nadie conoce su paradero aunque algunos dicen haberle vistos en saraos privados nocturnos y otros que se trata de una estrategia más de despiste para sacar tajada de una historia que no deja de ser un cotilleo más. Hay quien dice que se que está escondido y que aparecerá en cualquier momento, para sorpresa de propios y extraños, después de haber creado un halo de misterio en torno a su figura. Mientras esto sucede, no dejan de surgir noticias y teorías sobre su posible paradero, así como nuevos videos comprometedores que alimentan el morbo de una relación que parece haberse truncado por la infidelidad de uno y la ingenuidad de otra, aunque esta no lo haya resultado tanto como se esperaba, a tenor de unas declaraciones reaccionarias que han levantado mucho polvo, como no podía ser de otra forma. Sea como sea, lo único cierto de esta historia es que estamos hablando de ella y no sé muy bien porqué lo hago yo también, que me importa un comino.

c Luis Alberto Rodríuguez Arroyo: «Hace muchos años que el cuento de la lechera nos dejó claro que no conviene plantearse expectativas difícilmente viables. El cántaro, antes o después, se rompe. Eso es lo que hace el Gobierno de cogobernanza una y otra vez, al tiempo que agota sus días en La Moncloa. Plantea presupuestos generales del Estado basados en crecimientos del PIB poco probables, calcula una subida lineal de las pensiones, suma ingresos por IRPF aún por recaudar y pinta un futuro halagüeño -mientras el resto de países del entorno son más que conscientes de la difícil situación económica-. Sin estar aún aprobados por el Congreso, el Banco de España ha tardado escasas 24 horas en dudar mucho -por no negar- del incremento del PIB que el presidente y sus asesores son capaces de vislumbrar. Nada hace pensar que el cuento de Sánchez termine de forma distinta al de la lechera. El cántaro terminará rompiéndose en añicos. Otra cosa es quién tendrá que recoger los fragmentos. Lo saben -la economía y los números son los que son- pero el horizonte de las elecciones de 2023 les impide mostrarnos la crudeza de los datos. La compra de voluntades electorales tiene estas cosas, la mayor de las veces se asemeja a un escenario sólo imaginado».

c José Morales Martín realiza una reflexión sobre los últimos acontecimientos de la actualidad y dice: «Hablar de impuestos se ha convertido, desde que gobierna el PSOE con sus aliados populistas, en uno de los temas más sensibles de la vida política, pero no por el necesario análisis económico exigido por la crisis energética y social. Se ha llegado así a una batalla basada en esquematismos ideológicos: para la izquierda, subir impuestos es signo de progreso en la creencia de que así se iguala más a la sociedad; la derecha argumenta que bajar los impuestos es mucho más social en la medida que suscita seguridad a los inversores y genera, por lo tanto, más empleo estable y bienestar. Lo curioso es que, no hace tantos años, el propio Rodríguez Zapatero afirmaba que bajar impuestos era de izquierdas».

¿Considera que es pertinente volver a permitir fumar en las terrazas de los establecimientos hosteleros?

SÍ 29%

NO 71%

Su lectura de los Presupuestos Generales del Estado para León es positiva tras conocerse las primeras cifras?

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