Un equipo internacional descubre cómo era la primera familia del neandertal
Un nuevo estudio publicado en la revista Nature por un equipo internacional, entre los que figura el propio Svante Päävo, centraron su atención en el sur de Siberia. Concretamente, en las cuevas Chagyrskaya y Okladnikov, que se encuentran a 100 kilómetros de la cueva Denisova, una región que anteriormente ha sido muy fructífera para la investigación del ADN antiguo, incluido el descubrimiento de restos de homínidos de Denisovan.
En su ADN mitocondrial, los investigadores encontraron varias heteroplasmias compartidas, que son un tipo especial de variante genética que solo persiste durante un pequeño número de generaciones. Los restos corresponden a un padre neandertal y su hija adolescente, así como a un par de parientes de segundo grado: un niño y una mujer adulta, quizás una prima, tía o abuela. La combinación de heteroplasmias e individuos relacionados sugiere que los neandertales en la cueva Chagyrskaya deben haber vivido y muerto aproximadamente al mismo tiempo. «Esto significa que probablemente provengan de la misma comunidad social. Entonces, por primera vez, podemos usar la genética para estudiar la organización social de una comunidad neandertal», ha declarado Laurits Skov, primer autor del estudio. «Nuestro estudio dice Benjamin Peter, el último autor del estudio. «Hace que los neandertales me parezcan mucho más humanos».
Los investigadores se sorprendieron al comprobar que la diversidad genética dentro de esta comunidad, que parece que pudo consistir en un grupo de entre 10 a 20 individuos, era extremadamente baja. Este tamaño de grupo es menor que los registrados para cualquier comunidad humana antigua o actual, y similar al tamaño de los grupos de especies en peligro de extinción. Aun así, los investigadores señalan que los individuos estudiados vivieron 10.000 años antes de que desapareciesen los neandertales, por lo que no parece que, en este caso, exista una relación causa-efecto.
Hallaron que eran las mujeres neandertales quienes migraban, y no los hombres. Al comparar la diversidad genética en el cromosoma Y, que se hereda de padres a hijos, con la diversidad del ADN mitocondrial, que se hereda de las madres, los científicos observaron que esta última era mucho mayor. Estas migraciones no parecen haber involucrado a los denisovanos, pues no encontraron evidencia de flujo de genes denisovanos en los neandertales de Chagyrskaya.