«La unidad del género humano es el primer paso para la paz»
La religión bahá’í proclama la unidad del género humano como una de sus metas. «Es la enseñanza principal de nuestro fundador, Bahá'u'lláh», explica Carmen Paniagua, una de las cuatro personas que componen la pequeña comunidad bahá’í de León. Él dijo: «Somos los frutos de un mismo árbol y las hojas de una misma rama», precisa.
La bahá’í es una de las religiones más modernas, con tan solo 179 años de antigüedad aunque se ha extendido por todo el mundo en pequeños y diversos grupos (hay siete millones de personas que profesan esta fe)., por lo que se caracteriza por una gran riqueza lingüística y cultural.
«La unidad del género humano es el primer paso para lograr la paz», añade Carmen Paniagua, para quien, con independencia de sus creencias, «todas las religiones tienen en común el aspecto espiritual: el amor, la justicia, la solidaridad, la paz... Nuestro profeta dijo: ‘Tan potente es la luz de la unidad que puede iluminar toda la Tierra».
Lo que cambia —explica— es el momento social en el que surgen. «No es lo mismo el momento social de Buda o Zoroastro que el actual. Según nuestro fundador Bahá’u’lláh, ahora estamos saliendo de la adolescencia de la humanidad a la madurez, cuando estaremos preparados para dar el salto a la unidad del género humano. Todo es un proceso».
Considera que la iniciativa de diálogo interreligioso que se ha llevado a cabo desde la Diócesis de León es buena. «Vivimos momentos complicados. Hay que romper estereotipos y valorar estas inicativas, que suponen generar valores para la construcción de una nueva sociedad».
En la religión bahá’í no existen rituales. «La base es la oración y los textos sagrados de Bahá'u'lláh, que contienen aspectos prácticos y aspectos místicos», explica Paniagua. Cultivan el ‘arte de la consulta’: «En la medida en que consultamos cultivamos más el bien común y cuando nos reunimos y tratamos un tema uno se olvida de la idea personal», asegura. Y se basa en cuatro figuras: Bab (una especie de Juan el Bautista), Bahá'u'lláh (fundador),
La religión bahá’í nació en Persia y tiene su centro administrativo en la ciudad israelí de Haifa. «Nací en una familia de ideas cristianas y había cosas que no comprendía». Carmen explica que llegó a esta fe porque «no estaba convencida interiormente y mi inquietud me llevó a una búsqueda», que encontró en Tenerife, donde vivió 25 años. Ahora vive a caballo entre León e Izagre, su pueblo natal, donde cuida de sus padres.