El mural inacabado de Lolo en Fresno de la Vega
El dibujante leonés ultimaba un homenaje a la legendaria saga de los Arteaga de la que desciende
Lolo, sin apellidos, era conocido a lo largo y ancho de la provincia por su arte y por su talante. Su muerte repentina ha dejado un rastro de pena por los numerosos pueblos leoneses en los que dejó huella y un recuerdo imborrable por su trato campechano y cercano con todo el mundo. En Fresno de la Vega lloran al dibujante leonés, donde había realizado varios murales y buscaba con cariño sus raíces maternas tras descubrir que es descendiente, por su abuela materna, de la legendaria saga de los Arteaga. Un apellido vasco formado por lasvoces en euskera de art(h)e (encina) y aga (lugar) y que la heráldica traduce como casa de la encina.
El dibujante leonés, una referencia en el humor gráfico del periodismo local, estaba a punto de finalizar el mural junto con el escudo que lo corona. Lolo es descendiente de Nicolás de Arteaga, el último escribano que tuvo el pueblo y que llegó a tener la mejor biblioteca de la comarca. Uno de sus nietos, Emilio Arteaga, emigró a México por amor y entró triunfante como secretario del presidente de la república, Porfirio Díaz, y aunque anduvo en el negocio del petróleo acabó sus días sin fortuna... Personajes de leyenda en por los que Lolo sentía tanta curiosidad como por la abuela Potamiana
La obra inacabada es un encargo del periodista y enfermero Tomás Rodríguez Arteaga para la fachada de su casa natal en Fresno de la Vega, de donde también salió su hermana, la enfermera Elena Rodríguez Arteaga. «Quería que hiciera un paisaje de Punta Cana, por las playas que tiene a las que voy a menudo de vacaciones, y otra a Egipto con la presencia del gato como símbolo protector del hogar, como guiño al periodismo y la enfermería. Y él quiso hacer un homenaje al pimiento haciendo ese juego de palabras: De punta a punta, Punta Cana y de punta a extremo, el pimiento de Fresno», comenta. En el mural aparecen de espaldas Tomás y su abuelo y a un lado una pluma, como símbolo del periodismo, y la lámpara de aceite con las manos que simbolizan los cuidados de la enfermería. «Nos ha quedado un bonito y gran recuerdo, pero estamos muy apenados».