Diario de León

Fabero y la teatralización de una leyenda mortuoria

La Santa Compaña volverá a recorrer, el lunes, el trayecto entre la plaza del Ayuntamiento y el Pozo Julia y este año se quemarán las armas

Participantes en la última recreación de la Santa Compaña. AYUNTAMIENTO DE FABERO

Participantes en la última recreación de la Santa Compaña. AYUNTAMIENTO DE FABERO

Ponferrada

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Los primeros, de riguroso luto de pies a cabeza, portan el féretro que lleva dentro lo que se va quemar. Detrás van los que visten de blanco, que simbolizan la resurrección, los sueños, el despertar o la luz frente a la oscuridad y el mal fario de los que les preceden. Entre medias, un difunto y, este año, también una catrina en homenaje a la tradición mexicana.

Es la Santa Compaña de Fabero, que el lunes volverá a recorrer al trayecto que separa la plaza del Ayuntamiento del Pozo Julia en plena noche, a la luz de las velas y con un fin concreto: enterrar y quemar las armas en señal explícita de condena de las guerras, con Ucrania en la cabeza de todos.

Cuenta la leyenda que la procesión de las ánimas o Santa Compaña, muy arraigada en Fornela y en la zona noroeste de España, visita o advierte de una muerte inminente y, generalmente, quien camina al frente de la comitiva será el difunto. Dice la narrativa ancestral que esa persona aún viva morirá en el pazo máximo de un año, aunque también el fallecido puede intercambiarse por otro que se cruce en el camino.

Y en Fabero el difunto es una forma de protesta o resarcimiento. En la primera edición de su Santa Compaña, el carbón fue el enterrado, y el covid iba en el féretro de la segunda procesión nocturna. Este año son las armas porque el contexto actual es bélico y Fabero lo vive de cerca con las familias ucranianas que hace meses fueron acogidas en las viviendas del Pozo Julia.

Alrededor de medio centenar de personas participan en la teatralización de la Santa Compaña que recorre las calles de Fabero. La iniciativa organizada por el Ayuntamiento fue muy bien acogida y sigue siendo de interés en la antesala de Todos los Santos. El lunes, la procesión partirá a las 22.30 horas de la plaza del Ayuntamiento y una vez llegue al Pozo Julia, las ánimas negras y las de luz enterrarán y quemarán al muerto para después celebrarlo con una queimada y rosquillas para todos.

«Lo que se pretende hacer con esta procesión teatralizada es poner en valor todas estas leyendas que fueron tan populares antaño en nuestros pueblos», detallaron fuentes del Ayuntamiento de Fabero. La suya es una de las actividades más destacadas del calendario de Todos los Santos en el Bierzo, al margen de los actos puramente religiosos, pero no es la única. También en Narayola (Camponaraya) y en Villafranca del Bierzo se realizarán pasajes de terror donde de nuevo el teatro ayudará a trasladar a los participantes a un inframundo del que querrán huir.

Tal vez estos últimos, más contagiados por la tradición norteamericana. Fabero es más castizo y hace años apostó por una iniciativa ya consolidada que mantiene el interés y permite acercar a las nuevas generaciones una tradición ancestral que, de otra forma, no hubieran conocido.

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