ALIMENTARIA
La PAC tiene carencias mercantiles
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El director general de Cooperativas Agroalimentarias de España, Gabriel Trenzado, ha defendido una modificación de la Política Agrícola Común (PAC) y medidas «a largo plazo» para proteger al campo frente a las «presiones» y a los cambios alimentarios mundiales que se han acelerado con la guerra de Ucrania.
Trenzado ha asegurado, en una entrevista con Efe, que la agricultura atraviesa un momento crítico por el alza de costes, la situación geopolítica y un cambio «espectacular» de modelo que requiere respuestas políticas para asegurar la rentabilidad. El responsable de las cooperativas ha argumentado que la PAC «no está preparada» desde el punto de vista mercantil, porque necesita más mecanismos de gestión de crisis que ayuden a paliar tensiones como la actual y que sirvan para proteger a los productores de los «vaivenes» y de la volatilidad.
«La realidad nos da la razón (...) La PAC no puede ser solo ambiental ni olvidar su dimensión económica y los mercados», ha añadido.
Desde el inicio de la guerra los costes de producción han aumentado un 30 % para los agricultores y ganaderos -por el alza de materias primas como los cereales, de los fertilizantes y los piensos-, según las cooperativas.
Respecto a la reforma de la PAC, que entrará en vigor el 1 de enero, ha asegurado que las cooperativas están listas para su aplicación, pero «preocupa» que sus agricultores y ganaderos asociados estén preparados a tiempo para recibir las ayudas del nuevo régimen.
España tiene 3.700 cooperativas agroalimentarias, que aglutinan a un millón de socios, facturan 4.186 millones de euros y generan 119.700 empleos directos.
En relación a la inflación y al coste de la cesta de la compra para los consumidores, ha recalcado que no es culpa de los agricultores y de los ganaderos y que si hay un problema con las rentas «no es porque la alimentación sea cara», ya que representa el 15 % del gasto de los ciudadanos.
Nosotros sufrimos las consecuencias de los costes de producción», ha señalado, además de subrayar que durante décadas la comida ha sido relativamente barata y no ha reflejado en su precio el impacto de las innovaciones agrarias.
Como solución, ha defendido potenciar una cadena de producción alimentaria en la que cada «eslabón» -agricultores, industria y distribución- sea rentable y haya un reparto más equitativo del valor.
Trenzado ha mencionado, además, el problema del relevo generacional en la agricultura, donde solo un 8 % del sector tiene menos de 30 años y hace falta una «regeneración» del tejido productivo, así como más participación de las mujeres. Ha puntualizado que la agricultura del futuro requerirá que las empresas tengan cada vez mayor dimensión y más inversiones frente a desafíos como, por ejemplo, el aumento de las exigencias ambientales por parte de la Unión Europea (UE).
En ese sentido, ha advertido del peligro de que esos requisitos verdes propicien que a largo plazo el campo quede en manos de las empresas más competitivas o de fondos de inversión pero deje fuera a los pequeños productores, precisamente los más sociales, y a aquellas explotaciones que mantienen vivos los territorios.
Por ello, ha abogado por medidas para que los productores puedan organizarse e integrarse en entidades como las cooperativas.
Trenzado ha afirmado que existen oportunidades para los agricultores y ganaderos españoles, sobre todo para los que estén más «estructurados y organizados». Ha defendido la evolución y la firmeza del sistema cooperativo español, sus avances en la digitalización y en las estrategias empresariales.