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Más adicciones invisibles

«Toda drogadicción degrada a las personas». Los obispos de León y Astorga impulsan su colaboración para luchar contra las adicciones en la provincia de León. Las tragaperras son el mayor problema de los adultos atendidos, pero preocupa el juego ‘online’ entre la población más joven, que no se ve.

El juego ‘online’ es lo que más aumenta entre la gente más joven. JESÚS F. SALVADORES

León

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«Hoy las adicciones están más escondidas, pero la problemática es la misma y es igual de dura que la que se vivió en España en los años 80 y 90». El obispo de León, Luis Ángel de las Heras, participó ayer junto al obispo de Astorga, Jesús Fernández, en una rueda de prensa para alertar a la sociedad y pedir la implicación de todas las instituciones en la lucha de las adicciones y la colaboración con la Fundación Cals (Centro Astorgano Leonés de Solidaridad) y Proyecto Hombre Bierzo León, con distintos programas en marcha que llegó el año pasado a 1.200 personas, de las que 130 son menores. El 40% de las personas atendidas son de León y el resto del área del Bierzo.

El patronato de la Fundación cambia de caras, pero no de instituciones integrantes como las Diócesis de León y Astorga, Cáritas Diocesana, los Hermanos La Salle, amigos, familiares y colaboradores de Proyecto Hombre.

«Ahora no se ven tantas jeringuillas y drogadictos por las calles, como los veía yo en Madrid cuando estuve en Vallecas. Eso me marcó de manera personal, pero siempre hay una salida, merece la pena ayudar».

A las adicciones con las que trabaja Cals y Proyecto Hombre desde hace 41 años en León se suma las que ahora no son tan visibles «pero que tienen un impacto igual para los afectados y las familias», como son los juegos. La mayoría de las personas adultas atendidas en los programas tienen problemas con el consumo de distintos juegos, especialmente las máquinas tragaperras, aunque con un importante avance de los juegos online, sobre todo en edades más jóvenes.

«La puesta en marcha de los programas contra la drogadicción, primero en Cubillos del Sil en el año 1985, fue una respuesta de la Iglesia al comprobar los efectos que tenía la droga. Aquellas drogas clásicas de entonces se han ido controlando, en cierto modo, pero con el tiempo se añaden nuevas adicciones a las tecnologías como el móvil y los dispositivos electrónicos», explicó el obispo de Astorga, Jesús Fernández, quien destacó que «toda adicción resta dignidad a las personas, la degrada».

Los dos obispos pidieron ayuda a las instituciones, particulares y medios de comunicación para que colaboren en la lucha «de esas drogas de guante blanco que nos roban la palabra, el pensamiento y la palabra».

El obispo de Astorga puso el acento en el trabajo de la prevención, el tratamiento y la erradicación de las adicciones, así como la promoción de la inserción sociolaboral y destacó las palabras del papa Francisco que achacó al «capitalismo de consumo, la autosuficiencia, la pérdida de valores, el vacío existencial, la precariedad de los vínculos y las relaciones» la herida provocada por las drogas.

El delegado de la Misión Samaritana en León, Francisco José Pérez, responsabilizó a la pobreza del consumo y las adicciones. «La pobreza tiene muchas caras y a la adicción se añade la falta de recursos y la reclusión, Si trabajamos de forma coordinada podremos dar respuesta para la dignificación de las personas con todos los recursos disponibles».

Inmaculada del Peso, la nueva responsable de Cáritas Diocesana de Astorga, apeló también al impulso de la Fundación para que «cualquier persona que se acerque y necesite ayuda» se acerque para recibir asistencia. «Tenemos muchos programas y si no podemos directamente podemos dirigirlo a los recursos disponibles que puedan ayudarle. Proyecto Hombre tiene una metodología contrastada de muchos años de trabajo y estamos intentando dar la atención de forma conjunta.

Tania Paz, directora de Proyecto Hombre Bierzo, destacó que los programas no sólo están disponibles cuando ya hay una adicción «también actuamos para prevenir con la participación de las familias y búsqueda de empleo». Entre la gente joven lo que más preocupa es el aumento de adicciones a los juegos online , «y tenemos programas de consumo, pero todavía no sin adicción, en los que se atienden jóvenes entre los 12 y los 21 años».

Los hombres adultos consumen más cocaína y alcohol y las mujeres más alcohol que cocaína. «Cada vez atendemos a más mujeres».

Proyecto Hombre casi duplicó el año pasado el número de altas terapéuticas. La mayor parte de los usuarios llegan para cumplir con sanciones administrativa, que imponen terapias por consumo y por accidentes de tráfico «Después de los programas mantenemos un año el contacto. Hay personas que recaen y necesitan más terapia».

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