León pierde ocho empadronados al día
No hay freno. La sangría de población residente de León es imparable en todas las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), que posiciona a la provincia como una de las que más población pierde, junto a Asturias. En el primer semestre del año se ha dejado ya 977 residentes y en un año —del 1 de enero de 201 a 1 de enero de 2022— ha perdido 2.911 residentes, casi ocho diarios. La población a uno de enero de 2022 era de 452.187 residentes y en julio ya había bajado a los 451.210. El saldo migratorio con el extranjero sigue siendo positivo (672), aunque en un año se han perdido 775 residentes extranjeros.
Valladolid es la única que suma habitantes, por la llegada de extranjeros, con 1.152 residentes más en siete meses. Además de Valladolid gana Soria (374), Ávila (281) y Segovia (174). El resto pierde población residente, León a la cabeza, seguida de Burgos (-660) y Zamora (-5411). En total, Castilla y León se deja 717 residentes en los siete primeros meses del año, según el INE.
España supera el listón de los 47 millones y medio de habitantes. El número de residentes en España saltó esta barrera estadística gracias al enorme aumento de la población registrado durante el primer semestre de este año, que ha permitido superar el parón demográfico originado en nuestro país por los dos años de pandemia y crisis social desatadas por la covid. El salto poblacional de 2022 recupera el notable ritmo de crecimiento del padrón en los años previos al coronavirus, en los que España, aproximadamente, ganaba medio millón de vecinos cada tres años. A fecha 1 de julio de 2022, y con datos estadísticos aún provisionales, en las diecisiete comunidades y dos ciudades autónomas viven 47.615.034 personas. Esto significa que en los primeros seis meses la población española creció en 182.141 ciudadanos gracias, fundamentalmente, al fuerte empuje de una llegada masiva de inmigrantes extranjeros que compensó con creces el saldo vegetativo negativo interno (bastantes más muertes que nacimientos). La inmigración es la clave que explica el aumento de los residentes en España desde 2015, cuando por primera vez en muchos años se registraron más defunciones que nacimientos por el paulatino envejecimiento de la población y por la notable caída de los nacimientos, que están desde hace tres años en la cifra más baja desde que en 1941 se inauguró la serie histórica.
Solo registraron descensos Castilla y León, Asturias, Extremadura y Ceuta y Melilla. Las mayores subidas fueron las de Madrid, Baleares. Comunidad Valenciana y, en menor medida, Murcia.