SANTA MARINA DEL REY
Sardonedo reabre el bar y gana dos habitantes
El ruido de las fichas del dominó y el bullicio de las partidas han destronado al silencio en el bar de Sardonedo . A este pueblo leonés del municipio de Santa Marina del Rey le llegaron los reyes magos por anticipado. Olga Alzate, la nueva regente, reabrió este sábado el bar La escuela después de tres meses cerrado y el pueblo recuperó el «único espacio de entretenimiento y lugar de reunión».
«Los vecinos estaban ansiosos por verlo abierto», comenta la mujer, que junto a su pareja, Alfredo Sánchez, ha trasladado residencia y modo de vida de Cantabria a la ribera del Órbigo, Ambos son conductores profesionales y trabajaban en el sector en la comunidad vecina.
Vieron en internet que en Sardonedo buscaban a alguien que se hiciera cargo del bar —varios medios nacionales se hicieron eco del reportaje publicado en Diario de León con la llamada de auxilio de la Junta Vecinal y sus habitantes— y llamaron.
Un fin de semana se acercaron a conocer la zona y los requisitos. «Santos —el pedáneo— fue claro: nos dijo que había más gente interesada», explica. Por si acaso, preguntaron por una casa de alquiler. Pero al cabo de unos días les llamaron para decirles que habían otorgado el bar a los primeros de la lista. Así que se olvidaron de la idea de trasladarse.
Hasta que a primeros de diciembre sonó otra vez el teléfono y les preguntaron si seguían interesados porque los primeros de la lista se habían echado para atrás. «Dijimos que sí», cuenta Olga. Lo bueno es que a los tres o cuatro días su pareja también encontró trabajo en la zona.
«Cuando fuimos a Sardonedo mientras esperábamos a que nos enseñaran la casa fuimos a conocer los pueblos de los alrededores». Pasaron por Santa Marina del Rey y en Benavides vieron un taller. «Mi marido preguntó si necesitaban gente y dejó su curriculum», explica la mujer. Cuando le llamaron el lunes antes de la fiesta de la Constitución no se lo podían creer. «Nos ha salido redondo», admite.
Tienen trabajo y casa y Sardonedo vuelve a tener bar y gana dos habitantes para su censo de apenas 140 habitantes, aunque en verano se multiplica por las segunas residencias. Es un pueblo cercano a León —32 klómetros y 33 minutos de viaje— y bien conectado con la comarca.
Olga confiesa que «estaba cansada del trajín de la ciudad, del vete y va y quería relajarme un poco». Es colombiana de origen, nací en una ciudad de cinco millones de habitantes», y en los 23 años que lleva en España siempre ha vivido en ciudades.
«Al principio trabajé en la hostelería y ahora trabajaba como conductora profesional, igual que mi pareja». Alfredo Sánchez es cubano. Así que Sardonedo no sólo reabre el bar y aumenta su padrón, sino que gana en diversidad cultural. Un sector difícil, la hostelería y un medio rural aún poco atractivo para las nuevas generaciones, que brinda oportunidades para quien quiera recogerlas. El bar La escuela, donde muchos aprendieron las primeras letras, vuelve a tener vida y a dar vida a los vecinos de Sardonedo. Y se podrán juntar para celebrar la Navidad.