Diario de León

Encuentran muerto en su casa al leonés que pedía la eutanasia

Sufría múltiples patologías que le provocaban fuertes dolores

Los papeles de José Antonio para solicitar la eutanasia con una de sus últimas fotos. F. OTERO

Los papeles de José Antonio para solicitar la eutanasia con una de sus últimas fotos. F. OTERO

León

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A José Antonio de la Arada Vázquez lo encontraron muerto en su casa de la Bañeza la víspera de Nochebuena. Llevaba tres días muerto cuando una llamada de teléfono alertó a la Policía Local, que se personó en el domicilio, junto a los servicios sanitarios. La Guardia Civil se ha hecho cargo de la investigación de la muerte.

José Antonio, de 59 años, vivía solo y tres días antes de su muerte contó a este periódico su complejo cuadro de patologías que le provocaban un dolor intenso, un cambio de medicación que no le funcionaba como él esperaba, una búsqueda incesante de ayuda y reclamaciones y la petición de eutanasia .

Vivía solo y recibía la ayuda de una asistente social tres días a la semana.

José Antonio contó a este periódico sus últimos diez años de vida de dolor y de práctica inmovilidad en la cama y cómo esta situación, que había empeorado progresivamente en los últimos años, le había llevado a solicitar la tramitación de la eutanasia, que, según contó a este periódico, estaba paralizada. Antes de tomar esa decisión reclamó a los médicos una medicación más fuerte, una de las que tomaba desde hacía 15 años y que, según su testimonio, le habían retirado y que era la única que le calmaba los dolores. «Así no puedo vivir, llevo diez años que no vivo», dijo. Tomaba diariamente Tramadol, Lírica y clorazepan para dormir. Estaba pendiente del Abstral «que es la única que me aliviaba un poco mi dolor, pues aunque en la inmensa mayoría de los días no me pueda mover de la cama, al menos no tenía dolor».

En su carpeta clínica había informes de operaciones, análisis y pruebas radiológicas de varios años de búsqueda que comenzó en el Hospital de León tras un accidente de tráfico en el año 1996, visitas a especialistas en fibromialgia, centros privados, Hospital Universitario Viamed Virgen de la Paloma en Madrid, Unidad del Dolor de San Juan de Dios, Centro Médico de Asturias, Hospital HM de Madrid, Hospital San Rafael de A Coruña y Clínica Cemtro, entre otras.

José Antonio recurrió e insistió a los médicos y  visitó varios hospitales sin que encontrara la solución que buscaba para sus dolores. Fuentes sanitarias consultadas por este periódico destacan la «complejidad» de este caso e insisten en la dificultad del manejo del paciente, adicto a los opiáceos.

Años de dolor

Sufría dolores por una neuralgia intercostal con dolor crónico irruptivo y, entre otros huesos, varias costillas fracturadas por el accidente de tráfico. En los últimos diez años se acentuó el dolor neuropático irruptivo y, a pesar de tener un tratamiento médico, los dolores persistían junto a otras patologías como fibromialgia, encefalomialitis miálgica, una dismetría de 6 cms en las extremidades inferiores y varias patologías más. «El que de la noche a la mañana dejasen de recetarme opiáceos que estaba tomando desde hacía 15 años y los insoportables dolores que tengo, me han llevado a solicitar la eutanasia».

Además, se puso en contacto con distintas asociaciones en León y en Madrid, como es el caso de Aler (Asociación Leonesa de Enfermedades Raras) y Alefas (Asociación leonesa de afectados de fibromialgia y/o fatiga crónica).

José Antonio permanecía tumbado en la cama, única postura que, según su propio testimonio, le calmaba el dolor. «Cuando me he trasladado a las consultas en taxi he tenido que ir tumbado en el asiento o he pedido una ambulancia. En las consultas espero tumbado en suelo antes de entrar porque no puedo aguantar el dolor», relataba. «He tomado opiáceos durante años porque los médicos me los han recetado, tengo un dolor insoportable. Prefiero morir»

A las seis de la mañana del 20 de diciembre, José Antonio envió un mensaje de WhatsApp a esta periodista con sus contactos con la Asociación Alianza contra el Dolor, a la que también se había dirigido.

En los seis primeros meses de aplicación de la Ley de Eutanasia—último dato disponible en Castilla y León— se han presentado 17 solicitudes, cinco denegadas, una está en trámite, tres se han revocado, una se ha aplazado, cinco se han realizado — una en León — y tres personas fallecieron antes de la realización de la eutanasia, según Sacyl.

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