Los trabajos y los días de dos pastoras leonesas

«Solas somos invisibles; juntas somos invencibles». Es el lema del calendario 2023 que Ganaderas en Red ha lanzado de pastoras y ganaderas de toda España como modelos. Con fotos tomadas en sus quehaceres diarios, un puñado de Ganaderas en Red son las protagonistas de este almanaque con el que visibilizan la unión entre ganadería extensiva y mujer que ha supuesto el colectivo desde su constitución hace siete años.

Almudena, de Alcañín (Zamora); Paula, de Vilariño de Couso (Orense); Violeta, de San Pelayo (León); otra pastora de El Pedroso (Sevilla); Pilar, de Lerones (Cantabria); Pilar, de Arafo (Tenerife); Ana, de Inca (Mallorca); Santiaga, de Chirivel (Almería); Nerea, de Robladillo de Ucieza (Palencia); Susana, de Chozas de Abajo (León); Cristina, de Octubre de Begues (Barccelona); Pilar, de Bañón (Teruel); y Maite, desde la Sierra de Jabalambre (Teruel) muestran la vida en paisajes idílicos, en contacto con la naturaleza y sonrientes con sus animales, a la vez que reflejan la dureza de un trabajo a la intemperie y el esfuerzo de tareas estacionales como la paridera, o diarias, como el pastoreo o la alimentación en la cuadra.

Un total de 199 mujeres, pastoras y ganaderas, forman Ganaderas en Red en toda la geografía española. Una quincena son de la provincia de León. Están en todas las comarcas. Idoia, Tania, Rosana, Aida, Marisol, Violeta, Susana... están en la montaña oriental, Laciana, montaña central y Trobajo del Cerecedo, Omaña, entre el Órbigo y los pastos de Omaña y Luna y en Chozas de Abajo.

Violeta Alegre es una de las veteranas de Ganaderas en Red. La fotografía que le tomó Ramiro J. López para un reportaje en este periódico ilustra el mes de febrero. Como dice el refrán que acompaña a esta hoja del calendario, «febrero va corriendo y los corderos naciendo». Violeta regresa a casa con un cordero en brazos, una estampa habitual en la temporada de la paridera. Cuando no son dos o tres, que para eso lleva las alforjas preparadas.

No sabía lo que era manejar un rebaño hasta que se casó, en 1986, con Gregorio Fidalgo, pastor y ganadero. Durante más de veinte años ayudó a su maridomientras criaba a sus dos hijas, Yaiza y Marta, sin cotizar a la Seguridad Social, hasta que en 2007 se dio de alta con rebaño propio. Pero fue en 2012, con la ley de titularidad compartida, cuando el matrimonio alcanza su objetivo. Ser iguales de hecho y de derecho con una única explotación.

Violeta y Gregorio se convirtieron en la primera pareja que obtuvo la titularidad compartida en la provincia de León. En diez años, suman hasta septiembre de 2022, un total de 166 explotaciones agrarias y ganaderas de titularidad compartida en la provincia de León, la que mayor número tiene en España con diferencia sobre las provincias de Ciudad Real (70); Salamanca (60); Cuenca (59); Badajoz y Burgos (56, respectivamente) o Toledo (55), que son las que le siguen.

Si la titularidad compartida fue un empujón para la vida profesional de Violeta Alegre, la creación de Ganaderas en Red, en 2016, ha supuesto un salto cualitativo como mujer y profesional del campo. «Me ha marcado las amistades que he hecho», admite. «He aprendido muchas cosas como ganadera y como persona, me ha ayudado a crecer interiormente y me ha hecho sentirme muy orgullosa de ver cómo este colectivo ha llegado a tantos sitios y a tanta gente y a muchas administraciones dando voz a nuestros problemas e inquietudes». Ganaderas en Red, subraya, ha puesto su «granito de arena para que esto cambie», apostilla.

Susana García Fernández tiene 44 años, dos hijos de 13 y 8 años, y desde hace cinco años es titular a partes iguales con su marido, José Gutiérrez Martínez, de la explotación de vacas de carne que tienen en Chozas de Abajo. «Antes iba a ayudar, ahora ya es mío», apostilla. «Siempre digo que cuando me casé, las vacas venían en el equipaje. Venía el marido, venía la familia y venían las vacas». «Estuve trabajando, luego lo dejé y tomé unos años sabáticos y cuando me planteé volver a trabajar tenía la opción de ir a León a trabajar y que mi marido cogiera a alguien o quedarme y fue lo que hice», relata,

Salir de la invisibilidad al reconocimiento legal y, sobre todo, al listado de cotizantes en la Seguridad Social ha supuesto mucho para Susana, cuya imagen ilustra el mes de septiembre dando la hierba a los animales.

Susana y José están al frente de una explotación ganadera semiextensiva. «Soy una de las pocas de Ganaderas en Red que pastorea vacas», comenta Susana. Desde abril hasta que vuelve el mal tiempo sale con el rebaño vacuno, de medio centenar de ejemplares, a los prados comunales y fincas particulares del pueblo donde pueden pastar. «Salgo por la mañana, las pastoreo y por la tarde les doy otra alpaca en la cuadra», explica. Hace dos años decidió sumarse a Ganaderas en Red y lo que le ha aportado es mucho: «He conocido a un montón de gente, a mujeres más cualificadas y preparadas y que son de toda España. Ya no son solo las vecinas del pueblo. Compartes experiencias, alegrías y dolores, con personas que te entienden», remarca.

José y Susana siembran tierras de maíz, cebada y avena para alimentar a sus vacas, cuyas crías venden a cebaderos, de forma natural y combinando su dieta de pastoreo con la de pesebre. Un día de lluvia como el de ayer, es de los más duros para ir a la cuadra y hacer la faena. Y todos los días del año hay que estar al frente aunque al ser dos es más llevadero.

Ganaderas en Red se ha hecho visible gracias a las tecnologías y las redes sociales, desde donde reivindica el papel de la ganadería extensiva en la prevención de los incendios, al divulgar la importancia de consumir alimentos de proximidad y de calidad y el rol de las mujeres en el mundo rural para fijar población.