El enfriamiento global fulminó a los neandertales
Investigadores de Cantabria, Alemania y Reino Unido estudian si la modificación de la dieta por el éxodo de animales de caza provocado por el cambio de temperatura fue clave en su extinción
La desaparición de los neandertales es una cuestión clave en el conocimiento de la Prehistoria y uno de los grandes misterios de la evolución humana. Por eso, cada cierto tiempo se publican hipótesis nuevas o complementarias sobre lo que pudo llevar a esta especie, que habitó en Europa y Asia durante más de 350.000 años, a la extinción hace 30.000-50.000 años, justo cuando empezaron a aparecer los primeros Homo Sapiens. Una de las últimas tesis la ha aportado un equipo de investigadores de la Universidad de Cantabria (UC), en colaboración con científicos de Alemania y Reino Unido.
En un artículo publicado en la revista Nature Ecology and Evolution, los autores concluyen que los cambios bruscos y rápidos en las condiciones climáticas durante la transición del Paleolítico medio al superior (hace 30.000-50.000 años) tuvieron un fuerte impacto en la disponibilidad de los alimentos (principalmente animales herbívoros). Los hechos coinciden con la aparición del Homo Sapiens, una especie más avanzada que la neandertal que ocupaba idénticos paisajes y nichos, lo que pudo influir en el declive de esta especie en la Península.
La investigación, que se enmarca en el proyecto ERC-Subsilience, financiado por el Consejo Europeo de Investigación, se basa en la información obtenida en yacimientos arqueológicos de Serbia, Croacia, Italia, Francia y la Península Ibérica. «Iberia fue el lugar idóneo para empezar a investigar, porque es la zona de la que más información tenemos desde el punto de vista arqueológico, tanto de últimas poblaciones de neandertales como de las primeras de humanos modernos», cuenta Ana B. Marín-Arroyo, coautora del estudio y líder del Grupo de Evolución Humana (EvoAdapta) de la UC.
Los científicos querían saber cómo influyó el medio ambiente en ese proceso. El Paleolítico superior coincide con la segunda mitad del último periodo glacial, en el que el clima se enfrió a nivel global y extensas zonas terrestre fueron ocupadas por casquetes de hielo que alcanzaron los 3 km de espesor en las islas británicas y el norte de Francia. La Península Ibérica, por su parte, tenía una temperatura similar a la que tienen los territorios que están a 2.000 km hacia el norte de nuestro país y las nieves perpetuas se encontraban en las principales cordilleras por encima de los 1.500 metros de altitud. De ahí que, además de animales comunes como los caballos salvajes o lo ciervos, también se hayan encontrado en la Península restos arqueológicos de fauna característica de la Edad de Hielo, como renos, rinocerontes lanudos o mamuts. Esto pudo motivar que las poblaciones se dispersasen hacia latitudes más bajas. «Nuestro análisis muestra que las últimas poblaciones de neandertales se desplazan y repliegan en latitudes más meridionales en busca de las zonas con sustento para su propia supervivencia (más herbívoros), hasta que al final desaparecen».