«La energía del Universo ayuda al desarrollo de la tecnología médica»
Nuria Álvarez (Bembibre, 1989) es doctora en Física y Astrofísica y máster en Astrofísica por la Universidad de Turín. Forma parte de un equipo de investigación en un grupo de Altas Energías, en el Departamento de Estructuras de la Materia Física, Térmica y Electrónica de la Universidad Complutense de Madrid. Estudia objetos a muy altas energías que se pueden ver en el Universo. Nuria analiza los núcleos galácticos activos, que galaxias muy lejanas que tienen un agujero masivo en el centro. Este agujero, que tiene un tamaño «millones de veces superior» al del Sol «traga mucha materia y expulsa una parte a velocidad relativistas, es decir, casi a la velocidad de la luz».
—¿Qué aplicación práctica tiene el estudio de los núcleos galácticos activos?
—Estos agujeros son los objetos más energéticos del Universo. Hacemos ciencia básica. Las aplicaciones concretas vienen después. Este conocimiento se aplica muchas veces a la medicina. Todas las máquinas de resonancias magnéticas vienen por nuestra observación de cómo se comporta la energía en el Universo.
—¿Cuántas mujeres astrofísicas hay en su departamento?
—Somos un grupo minoritario todavía. En mi departamento no llegamos al 20% de las personas que trabajan y creo que en España también es un 20%. Somos minoritarias y no aumenta con los años.
—¿Por qué cree que no?
—La carrera te lo pone difícil. A partir de una determinada edad es muy difícil para una mujer hacer investigación. A niveles de doctorados hay más, pero a partir de los 30 las mujeres suelen abandonar la carrera investigadora porque es imposible hacer una vida con la precariedad que hay en investigación e imposible conciliar y tener una familia. Sigue siendo más difícil para la mujer que para el hombre.
—¿Qué pueden hacer ellos en los grupos de trabajo como el suyo que a las mujeres les impide seguir en la investigación o escalar en puestos de responsabilidad?
—Desde mi punto de vista es la maternidad. Para las mujeres es una mochila que pesa mucho más que para ellos. Eso pasa en cualquier trabajo. La investigación es un mundo hecho por hombres y para hombres y la maternidad no se tiene en cuenta. Si te quedas un poco atrás se acabó tu futuro porque es tan sumamente competitivo y hay tan pocas plazas que si te quedas un poco atrás el hombre siempre pasa por delante. La mujer puede conciliar peor por las connotaciones que tiene todavía la maternidad. Hay mucha competición y siempre acaba pillando a las mujeres. Si a eso le sumas muchos problemas estructurales como abusos y nepotismos, al final ganan ellos.
—¿Qué cambios debería haber?
—Primero, medios. Sin dinero no se puede hacer nada. Hay una falsa idea de la excelencia, que en realidad significa que hay muy pocos puestos a los que la gente accede. Sin dinero para la investigación no podemos hacer nada. Estos parones en la carrera, no sólo por la maternidad, sino por cuidado de padres y madres, lo complica todo. Sólo llega arriba quien no ha sufrido un parón importante en su carrera. Hay que humanizar el proceso de competitividad al que se puede acceder a la carrera investigadora.
—Aunque se pueden contar con los dedos de la mano, hay mujeres que han tenido un papel muy importante en la astrofísica, pero no se las conoce tanto como a los hombres.
—Es un problema que hay siempre. Primero, la contribución de las mujeres es menor porque tienen que superar muchas trabas, y por eso hay muchas menos mujeres que hombres que llegan arriba. Históricamente, Joselin Bell, ha sido silenciada y sus contribuciones se han hecho de menos. Pensar que hemos salido de ahí es un error.
—¿Todavía se sigue minusvalorando las contribuciones de las mujeres a la astronomía?
—Se minusvaloran los logros de las mujeres en la astronomía y en todas las facetas. Pensar que estamos bien y que no hay que seguir luchando es un error.
—¿Qué mujeres españolas destacaría como relevantes dentro de la astronomía?
—Me he encontrado con dos mujeres brillantes en mi carrera. María Santos Lleo, que trabaja en la Agencia Espacial Europea en el telescopio de rayos X XMM-Newton como parte del comité científico, y su investigación se centra en núcleos galácticos activos. Y Mercedes Molla Lorente, que se ha retirado muy recientemente. Trabajaba en el Ciemat estudiando la evolución química de las galaxias y el enriquecimiento químico del Universo. La astronomía se hace por equipos que necesitan tecnología muy grande y es muy difícil mencionar a una sólo persona, porque todas las contribuciones se hacen por equipos. Hay muchas mujeres muy buenas encabezando equipos, pero son muy pocas, es una carrera de obstáculos.
—¿Qué supone para la astrofísica tener a dos astronautas leoneses?
—Los astronautas dan mucha visibilidad, es un tirón importante. Es importante para que el público en general se apasione por la ciencia. Lo que han conseguido es superimportante.
—¿Qué aconsejaría a las niñas?
—Que si les gusta la astronomía, adelante siempre.
—¿Qué es lo que le gustaría ver en el Universo?
—La astrofísica es una ciencia muy nueva, los telescopios potentes los tenemos desde hace menos de cien años. Hay muchas incógnitas por descubrir. Lo más importante es encontrar indicios de vida, entender mucho mejor de dónde vienen los rayos cósmicos, la evolución del universo...es un momento muy nuevo.