Diario de León

Santa Lucía, escenario de novela

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León

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alfonso garcía

Una novela densa e intensa que se desarrolla en el escenario de Gordón, especialmente en Santa Lucía y La Pola, durante los primeros años del siglo pasado hasta la guerra civil, la revolución de octubre y el ambiente minero como ejes principales en la peripecia vital de Antonio Olazábal Díaz de Corcuera, un vasco que trabajaba en Altos Hornos, de donde fue despedido por su sensibilidad y compromiso social. Llegó con 19 años a Santa Lucía para trabajar como fundidor —de ahí el sobrenombre de ‘el Fundi’— en la Hullera Vasco Leonesa.

En la cárcel de León y condenado a muerte, «he vuelto a recrear una vez más algunos de los acontecimientos de mi vida, tal vez en un intento de aferrarme a ella, ahora que ya no hay lugar para la incertidumbre y sé que me aguarda la muerte, una muerte violenta a manos de otros hombres». Convertido en narrador, recorre la vida de la zona, las condiciones laborales de la cuenca minera, mítines, huelgas y conflictos… A petición de Miguel Castaño pasa a un primer plano en el sindicato, lo que le acarreará múltiples problemas, cárcel incluida en varias ocasiones, a lo que se añadió la desgracia de la enfermedad y muerte de dos de sus seis hijos. Condenado a cárcel por «excitación a la rebelión» en los hechos de octubre, se desencadenaron entonces sobre él palizas, torturas, vejaciones… hasta su fusilamiento en Puente Castro el día 30 de marzo de 1938. La sentencia estaba dictada de antemano por el acoso permanente del «duro, insensible y cruel» sargento Monedero, conocido como «el verdugo de Santa Lucía».

En el contexto de la situación de la España del momento, que el autor dibuja, con personajes de ficción y sobre todo reales —muy bien documentada una y otros—, la novela resulta muy atractiva, contado el relato con soltura y prosa precisa y ágil. El protagonista, que subraya la presencia de hombres íntegros en los dos bandos, es conciliador, pacífico y razonable. «Mi marido —escribe Luisa, en una de las largas cartas que se incorporan como contrapunto muy atractivo— es un hombre demasiado bueno para los tiempos que corren». Tiempos muy difíciles, como se constata, una vez más, en esta novela.

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