AL ACECHO DE LA OSCURA VIDA INTERIOR
Eimeria legionensis, el parásito que lleva el nombre de León
La Academia de Ciencia Veterinarias de Castilla y León prepara un homenaje a Cordero de Campillo
Leishmaniosis, toxoplasmosis, fasciolosis, hidatidosis, anisakiosis, giardiosis, criptosporidiosis y otras infecciones intestinales, triquinelosis y toxoxariosis son enfermedades re-emergentes provocadas por parásitos . Cientos de miles de organismos viven a expensas de un hospedador, en el que se reproducen y completan su ciclo vital.
Las enfermedades que provocan estos parásitos son endémicas en algunas zonas del planeta con menos control sanitario. pero algunos factores como el cambio climático favorecen su extensión a zonas nuevas. La pandemia de coronarivus que todavía padecemos es un ejemplo de que el cambio climático y los movimientos migratorios hacen necesaria una mayor vigilancia de la salud pública y animal para evitar su expansión.
Los parásitos
«Entre los agentes patógenos que producen enfermedades en animales y humanos, los virus son los que mayor capacidad tienen para mutar e infectar a otras especies, es decir, saltar las barreras interespecíficas, por lo que hay que estar muy vigilantes ante la posibilidad del salto del animal al humano», asegura Francisco Rojo, el catedrático emérito de la Universidad de León, secretario de la Academia de Veterinarias de Castilla y León y vicepresidente de la real Academia de Ciencia Veterinarias de España.
La academia prepara un homenaje en marzo del primer veterinario español netamente parasitólogo. «El leonés Miguel Cordero del Campillo fue el iniciador del estudio de los parásitos no sólo desde un punto de vista descriptivo y morfológico, sino de sus efectos».
Veterinario, científico, rector de la Universidad de León, humanista y político, Cordero del Campillo fue el descubridor de un parásito nunca visto antes en una perdiz. Una investigación realizada en la Universidad de León junto a Manuel Pla Hernández en la Facultad de Veterinaria en el año 1981.
«El hallargo de esta especie en la perdiz tiene importancia principalmente científica, aunque no es una especie especialmente patógena y no infecta a los humanos, el profesor Cordero del Campillo y su colaborador, el veterinario Manuel Pla, inmortalizaron el descubrimiento denominando a la nueva especia Eimeria legionensis. Estudiar el comportamiento de los parásitos de los animales es importante para la salud humana. Tienen que estar localizados y descritos porque nunca se sabe si al cabo de un tiempo puedan saltar al humano. Esa es la importancia de la sanidad animal».
Algo parecido es lo que ha ocurrido con el SARS-CoV-2, un virus que ha sido capaz de superar las barreras inespecíficas y producir una pandemia de la magnitud de lo que conocemos hoy.
«Del sureste asiático han llegado la mayoría de las plagas desde la Edad Media», asegura Rojo, discípulo de Cordero del Campillo y conservador de parte de su legado.
Pero si Cordero del Campillo puso el nombre de León a un parásito de una especie de perdiz, otros investigadores decidieron inmortalizar al científico leonés en sus descubrimientos. Gittenberger y Manga llamaron Helicella corderoi a una especie de molusco que interviene en el ciclo biológico de algunos parásitos de los animales y que viven en el norte de la provincia de León. Nombrada Helicella corderoi en honor de Miguel Cordero del Campillo, de la Universidad de Oviedo, Facultad de Veterinaria de León, Cátedra de Parasitología y Enfermedades Parasitarias, «que estimuló grandemente la investigación sobre los Helicidae de León», explican en el estudio sus autores.
El género Helicella comprende especies de moluscos pulmonados terrestres de la familia Hygromiidae, endémica en la península ibérica sólo conocida de la zona norte de la provincia de León que habita en zonas entre 1.090 y 1.400m de altitud.
Los nombres científicos siempre hacen referencia a lugares, personas o animales «y tradicionalmente, hay muchos parásitos relacionados con las personas que los han descubierto».
«Los parásitos tienen, como todos los seres vivos, un ciclo vital o biológico complicado, muchas especies parásitas han estado tradicionalmente restringidas en su distribución a zonas con climas subtropicales, como en sur de España o las Islas Canarias, pero ahora, con el aumento térmico la ‘bonanza’ invernal, están por todas partes. El problema más importante es que algunos parásitos afectan también a los humanos, produciendo enfermedades que se conocen con el hombre de zoonosis, las infecciones contagiosas que compartimos con los animales, aunque los humanos también contagian enfermedades a los animales».
Ese ‘salto’ de las infecciones de los animales a los humanos está relacionado con el cambio climático y la desforestación, que ha provocado una «transformación de las tierra» y provocan que «animales de vida libre empiezan a colonizar otras zonas periurbanas, como es el caso de los zorros y otros mamíferos», explica Rojo. Comer la carne sin control sanitario provoca en los humanos enfermedades potencialmente mortales. «Entre los parásitos que afectan de los animales al hombre está la Trichinella, que se enquista en el tejido muscular de los animales y produce infecciones en los humanos cuando comen carne si las inspección veterinaria obligatoria, pudiendo producir la muerte».
«La mayor parte de los parásitos que utilizan vectores, como las garrapatas, moscas y otroos vectores, eran inicialmente parásitos de esas especies animales. Es el caso de la malaria, que pasó de los homínidos a los humanos. Hay estudios que otorgan a la malaria un papel importante en la caída del Imperio Romano. Las plagas de mosquitos que había en algunas zonas de Roma hicieron enfermar y morir a mucha gente».
Científicos como Pasteur, Virchow (descubridor del ciclo vital de la Trichinella) o Koch (descubridor de la bacteria de la tuberculosis) son referentes en el control de las enfermedades animales. «La mayor parte de las enfermedades que provocan los parásitos se controlarían son una simple y eficaz higiene con agua y jabón. La higiene es fundamental».
Las vacunas
Todos estos descubrimientos, el control sanitario veterinario y las vacunas han ayudado a salvar muchas vidas. «Se acaba de poner en marcha una vacuna contra la leishmaniosis en España. desarrollada por Vicente Larraga, que ha trabajado bastante con el coronavirus».
Larraga está al frente de un equipo formado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el grupo Zendal, que ha desarrollado una vacuna contra la leishmaniasis canina, una de las enfermedades más comunes en perros, basada en ADN recombinante.