El cerebro funciona mejor con el orden, pero el exceso trastorna
Los psicólogos advierten de que la obsesión por la perfección causa problemas mentales
Cuando el hábito de ordenar una casa se convierte en una obsesión por alcanzar la perfección puede derivar en un problema psicológico como un trastorno obsesivo, afirma en una entrevista la psicóloga clínica María Pilar Berzosa.
Esta profesora del grado en Psicología General Sanitaria de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) ha reflexionado sobre los límites del orden y la limpieza y la posibilidad de desarrollar una patología mental.
La consultora japonesa Marie Kondo, conocida mundialmente por su método de organización KonMari, ha reconocido recientemente que, tras su tercer hijo, se siente incapaz de mantener su casa en perfecto estado, según los consejos de su libro superventas La magia del orden .
La gurú del orden ha asumido que tener una casa ordenada «ya no es su prioridad» y en un nuevo libro detalla su método «kurashi» para enseñar otra forma de pasar el tiempo. «No inventa nada, pero lo vende muy bien», ha indicado Berzosa.
El confinamiento de la primavera de 2020 por la pandemia de covid-19 obligó a la población a quedarse encerrada en su casa con mucho tiempo libre, por lo que muchas personas optaron por ordenar sus viviendas.
Sin embargo, detalla, solo aquellos con rasgos previos de una personalidad más «insegura» llegaron a obsesionarse con el orden y desarrollar un trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
«Algunas personas solo encuentran su seguridad teniendo sus cosas muy ordenadas y limpias. Necesitan ver su espacio excelente, porque quizás su infancia no fue excelente. Cuando el orden ya no es algo saludable, y genera infelicidad y perturbación, hay un problema», explica.
Esta línea entre lo normal y lo obsesivo puede ser «muy fina» en las personas con «mucha inseguridad o ansiedad», o que hayan tenido que vivir con «patrones excesivamente estrictos» durante su infancia.
Esta psicóloga, con consulta en Jerez de la Frontera (Cádiz), ha subrayado que un TOC por la limpieza y el orden es una de las patologías que «genera mayor sufrimiento» en quien la padece.
«Cuando una persona se siente más vulnerable en un momento determinado, porque está perdida, no tiene aficiones y no sabe qué hacer con su vida es más fácil caer en un trastorno obsesivo así», pero, ha puntualizado, «tiene que haber cierta predisposición».
«Ser ordenado tiene más cosas buenas que ser desordenado. El orden es uno de los hábitos que se debe inculcar desde la infancia para que el cerebro funcione mejor, tanto a nivel pragmático, como emocional», suraya. Cuando se tiene un orden externo bien establecido, como los niños que recogen sus juguetes y ordenan su cuarto, ha explicado, el cerebro va adquiriendo habilidades para gestionar el orden interno, que es «imprescindible» para organizarse los tiempos, establecer prioridades y tomar decisiones.
En el caso de las personas que son «un poco tiquismiquis» con la limpieza y el orden, puede haber «disparadores» que provoquen «pasar esa línea» entre lo normal y lo obsesivo.