CENTENARIAS
Las hermanas Abilia y Teonila, 104 y 102 años, sin dolores ni pastillas
Las hermanas Blanco nacieron en Campazas el 23 de febrero de 1919 y el 15 de febrero de 1921
«No puedo quejarme, no tengo dolores, no tomo pastillas ni se me va la cabeza». De esta guisa y con mejor ánimo alcanzó ayer los 102 años la leonesa Teonila Blanco. Pero el gen centenario no es exclusivo de ella en la familia. Su hermana mayor, Abilia Blanco, cumplirá los 104 años el próximo 23 de febrero.
Las hermanas Blanco nacieron en Campazas en una familia de labrador y maestra. Son las dos primeras de una saga de cuatro mujeres, las hijas de José Blanco y Martina Cadenas, pero las dos más pequeñas, Aurelia y Araceli, no tuvieron la suerte de alcanzar el centenario y superarlo. Ayer, el teléfono de Teonila no dejaba de sonar. Ella estaba emocionada, aunque prudente: «Cada año te lleva un poco, pero me voy defendiendo», asegura esta mujer para quien la palabra que define su larga vida es «felicidad».
«Mi vida ha sido muy feliz. Me casé en Carbajal y allí vivimos 20 años, pero como los hijos y la hija venían a estudiar arrendamos el capital y vinimos para León», relata. Más de 70 años estuvo casada con Jesús Ceruelo: «Me dijeron que era un buen chico y lo fue hasta el último momento», afirma con la voz quebrada porque falleció hace ocho años y le echa de menos. «Todos los días le recuerdo».
Teonila no tiene secretos para conservarse tan bien: «Como de todo y todo me sienta bien: frutas, verduras, pescado... Nunca he estado en el hospital, hago vida normal. Yo creo que los aires de Carbajal prueban bien. S Dios quiere volveremos el verano que viene», añade. Allí siempre hay un día en el que se reúne toda la familia, los hijos e hija, las cuatro nietas y el nieto y los 9 biznietos, de los que está orgullosísima. «Son muy guapos, buenos mozos y buenos estudiantes». En León vive con su hija Aurora. «Se ha jubilado y como está soltera ha venido a vivir conmigo. Ella y la chica de limpieza se ocupan de todo. Yo no hago nada... solo sopas de letras y ver la tele, poco, me gusta más leer, pero la vista se va perdiendo», comenta. El único deseo para su 102 cumpleaños es «vida y salud para la familia». Para Teonila llegaron las felicitaciones desde Asturias, de parte de Rosario, la hija de Regina de la Fuente y de todos los vecinos de Carbajal de Fuentes.
En pocos días, el próximo 23 de febrero, Abilia, la mayor de la saga, cumple los 104 años Villafer, donde vive con su hija Martina desde hace más de 15 años. «Estoy estupendamente, comiendo unas tajadas de lomo», aseguró ayer por teléfono. Abilia recuerda los años que pasaron en la ribera del Condado, en el pueblo de Villanueva, donde su madre ejerció de maestra y fue quien les enseñó a sus hijas las primeras letras.
Luego su madre enfermó, dejó el oficio y volvieron a Campazas. Después de estar como ama de cura con un tío en Terradillos, Palencia, se casó con Tirso en Campazas y allí pasaron la vida criando a su hijo y su hija. «No fui nunca a las tierras, hacía el queso de oveja y me ocupaba de la casa. Estoy contenta de la vida que he tenido», asegura. Antes le gustaba bordar y leer. Ahora ya no sale de casa ni para ir a misa. «Oigo la misa por la tele y estoy cumplida», afirma.
Abilia aconseja para tratar de alcanzar su longevidad, sin más achaques que tener que apoyarse en un andador para caminar, «llevar la vida que llevé yo, que llevé siempre buena vida». Está encantada en casa de su hija y con sus cinco nietos y dos bisnietos.
Abilia y Teonila que representan la lozanía de una nueva generación de cienañeros que suman más de 400 personas en la provincia de León se sienten agradecidas por los desvelos de sus hijas que hacen lo posible para que las hermanas puedan encontrarse al menos en el verano, pues Carbajal de Fuentes y Villafer son pueblos relativamente cercanos en el sur de León. Larga vida a las hermanas centenarias.