Un entierro de la sardina pasado por agua despide entre lloros el carnaval de la bañeza
Los bañezanos y bañezanas se despidieron ayer entre lágrimas y aspavientos de las fiestas de Carnaval más populares de la provincia. El luto fue unánime en la ciudad, que no tenía consuelo posible al enterrar a la sardina, en una ceremonia triste y completamente deslucida por la presencia de una lluvia incesante que ya amenazaba en días previos con dar algún disgusto que otro en estos días de Carnaval. En el Bar Industrial, de donde tradicionalmente parte el cortejo fúnebre, se concentraron la Peña de La Sardina, organizadores del funeral mientras las plañideras fueron sustituidas por los paraguas, verdaderos protagonistas del cortejo. Lo que no faltó anoche fue la poesía satírica y el tradicional tentempié, con el reparto de las raciones de escabeche entre los asistentes. | dl