ENTREVISTA CON EL SUBDIRECTOR MÉDICO DE IVI DE MADRID Y ESPECIALISTA EN FERTILIDAD
Alfredo Guillén: «Lograr óvulos en un laboratorio, ni en la ficción»
Guillén es uno de los especialistas en reproducción asistida que se reúnen en León
En la VII Reunión de Unidades de Reproducción de Centros Públicos de Castilla y León, que por primera vez se organiza en León, los especialistas han hablado de miomas, abortos de repetición, inseminación artificial, protocolos para controlar la estimulación ovárica, cartera de servicios comunes e insuficiencia ovárica prematura. El encuentro, organizado por la unidad de León, contó con un invitado procedente de la sanidad privada. El doctor Alfredo Guillén, subdirector médico de IVI de Madrid y especialista en fertilidad, analiza en esta entrevista la cartera de servicios de Castilla y León y las últimas técnicas de fertilidad en España.
—En el encuentro han abordado los tratamientos de fertilidad en las personas trans. ¿Qué cambios se han producido en España?
—Hay personas trans que se aproximan a los servicios de reproducción de los hospitales y de las clínicas privadas, como es mi caso, y quieren congelar los óvulos antes de someterse a las operaciones de cambio de sexo. Se pueden congelar, pero la subrogación uterina es ilegal en España, por el momento. Sus óvulos no van a poder tener este destino en España. Si no se realiza una cirugía completa, si esta persona trans conserva el útero y preserva los óvulos, los embriones fecundados podrán ser transferidos a su propio útero. Si esta persona trans tiene otra pareja mujer con útero, esos embriones sí podrán ser transferidos.
—¿Y se pueden trasladar a otros países?
—El traslado de ovocitos a otro país depende por entero del Ministerio de Sanidad, que tiene que dar su aprobación, y como la subrogación uterina un procedimiento ilegal en España el Ministerio de Sanidad, probablemente, no va a permitir ese traslado. Siempre ha habido traslado de gametos, óvulos y espermatozoides en países de la UE, pero la ley española dice que la subrogación es ilegal.
—¿Y qué pasa si es una mujer trans la que quiere ser madre?
—Queda mucho camino para conseguir en el laboratorio gametos óvulos o espermatozoides artificiales u obtenidos desde células madre totipotenciales. El espermatozoide como célula es mucho más sencillo, más simple, pero en el citoplasma del óvulo está el alimento que da de comer al motor del embrión en los primeros estadíos.
—No es ni ciencia ficción.
—No. Hay muchos trabajos de ciencia básica que ya consiguen células muy similares, pero queda muchísimo recorrido. Si no hay útero no hay posibilidad de gestar. Ya se han realizado trasplantes de útero a una paciente que tuvo una extirpación y se consiguió que fuera viable, pero está empezando, dando sus primeros pasos.
—Otra técnica que realizan es la activación ovárica o rejuvenecimiento ovárico. ¿En qué consiste?
—El grupo IVI lo lleva realizando unos años. La técnica más sencilla es la introducción de plasma rico en plaquetas, que se utiliza también en traumatología, medicina estética y otras especialidades, que tiene factores de activación. Se introducen en el ovario a través de la vagina y producen una reactivación de los folículos durmientes en pacientes que tienen una disminución de la reserva ovárica importante, con fallo ovárico prematuro. Cuanto menor sea la edad, mejor va a funcionar el tratamiento. La dificultad principal en el campo de la reproducción es la edad materna. La ciencia no puede corregir todos los errores que se acumulan en los óvulos y los espermatozoides con la edad.
—No se trata de extraer los óvulos a una mujer de 40 años y tratarlos para rejuvenecerlos.
—No, eso no lo hemos conseguido.
—¿Cuánto han aumentado los tratamientos de fertilidad en España? ¿Cuánto ha crecido económicamente este mercado?
—Es difícil decirlo. En Madrid, son más de veinte el número de clínicas y hospitales públicos que hacen reproducción asistida. Lo que ha aumentado claramente es el número de mujeres sin pareja o parejas de mujeres que acuden a la clínica. Hemos aumentado un 60% en los tres últimos años. Una de cada cinco pacientes es una mujer sin pareja o una pareja de mujeres. El número de clínicas está creciendo, pero no sabría decirle el porcentaje.
—¿A partir de qué edad baja la posibilidad de embarazo de forma natural?
—A partir de los 35 años la probabilidad de embarazo disminuye de manera progresiva. La gran caída está a partir de los 40 años. La probabilidad de embarazo natural en un mes de una mujer joven es de un 20%. Es decir, de cada cinco parejas que tiene relaciones sólo se embaraza una en un plazo de un mes. Hay circunstancias que producen una disminución muy significativa como la endometriosis, miomas, alteraciones genéticas, pero siempre recordando que la edad es lo principal y que a partir de los 35 nos cuesta más conseguir un embarazo natural y por reproducción asistida.
—¿Y en los hombres?
—Observamos que a partir de los 45 años las probabilidades de paternidad van disminuyendo, no tan bruscamente como en las mujeres, pero también.
—La cartera de servicios de los hospitales públicos tampoco es igual en todas las comunidades, ni dentro de una misma comunidad. En Castilla y León solo hay dos unidades de fecundación in vitro y las dos están en Valladolid.
—Yo trabajo en la privada, pero por lo que he escuchado en este encuentro aquí en Castilla y León se ofrecen unas técnicas diferentes dependiendo de la provincia y del hospital. Eso, como se ha comentado, implica que hay pacientes que se tienen que desplazar muchos kilómetros para hacer un tratamiento. Que una paciente de Ávila, Palencia o León se tenga que desplazar a Valladolid no es normal. Una comunidad tan extensa, con mueve provincias, que sólo tenga fecundación in vitro en una sola capital, visto desde fuera, me parece que no es justo. Debería haber al menos otro hospital que ofreciera ese servicio.
—¿Cuáles son las últimas técnicas que se utilizan y que dan resultados?
—Ha habido un cambio muy significativo en la congelación lenta que se utilizaba antes para los embriones, cuando se dio paso a la vitrificación, con la que no se forman cristales de hielo que rompen estructuras celulares. Con la vitrificación congelamos óvulos y embriones con tasas de supervivencia superiores al 90%. Las mujeres jóvenes pueden congelar sus óvulos y tener una posibilidad de embarazo a una edad más tardía.
—¿Esta técnica se hace también en la sanidad pública o sólo la privada?
—Ya lo empieza a hacer la pública.
—También se pueden seleccionar los embriones genéticamente libres de enfermedades hereditarias
—El Hospital Clínico de Valladolid realiza el diagnóstico genético preimplantacional, y nosotros en la clínica también, tanto para el estudio de las alteraciones cromosómicas como las enfermedades ligadas a un gen. Evitamos el nacimiento de niños con enfermedades hereditarias.
—La ciencia evoluciona con independencia del debate político.
—Nos ayuda mucho la Ley de Reproducción del año 2006. Es una ley muy clara y aquí en España tenemos perfectamente definido qué se puede hacer y hasta dónde se puede y no se puede actuar. La subrogación es ilegal, y es el stop más claro. Se pueden hacer todo tipo de tratamientos, pero solo la legalidad los limita. Todo lo que está en el marco de la ley es realizable.
—¿Cuántas criaturas han nacido en España por técnicas de fecundidad?
—Ufff. Muchísimas. Un 30% de los niños que nacen ahora.
—¿Qué especialistas realizan estas técnicas?
—Dentro de una unidad de reproducción hay auxiliares de enfermería, enfermeras, técnicos de laboratorio y embriólogos, que la mayoría son embriólogas, obviamente, y especialistas en ginecología.
—¿Por qué embriólogas «obviamente»?
—Igual que en las Facultades de Medicina o en Ginecología. Hay cada vez menos hombres. Mira en este encuentro, la mayoría son mujeres.
—¿Cuánto se paga a una donantes de óvulos y a un donante de semen?
—Pueden donar hasta que se logren seis nacidos vivos. La compensación para una donante de óvulos es entre 600 y 1.000 euros. Y los donantes de semen están sobre 30 y 50 euros por cada recogida de muestras.
—¿Algún consejo para las mujeres?
—El principal mensaje es que en España se busca el embarazo demasiado tarde y puede llevar a necesitar ayuda. Ojalá pudiéramos concienciar a las mujeres para que la edad a la que buscan su primer hijo fuera menor.
—Es una concienciación social, no sólo de la mujer
—Es una concienciación social. Y por otro lado, el acceso a los estudios en las clínicas de reproducción cada vez es más sencillo. La evaluación de la reserva ovárica cada vez se hace más fácil, es una analítica. En nuestras clínicas, la primera visita es gratuita e incluye esta valoración, con una ecografía y la hormona antimulleriana, la famosa AMH, que te da una idea. Si tengo 35 años y esta hormona es inferior a 1, habrá que tomar medidas porque si me espero me puede costar mucho un embarazo. Lo difícil es despertar esa inquietud en chicas de menos de 35 años para que se revisen su reserva ovárica. Los ojos con los que vemos los ovarios los ginecólogos que nos dedicamos a la fertilidad son diferente a los de otros ginecólogos. Un recuento de folículos más la determinación de la hormona antimulleriana me puede dar muchas pistas para pensar qué hacer para un futuro.