DÓNDE IR
El bosque cuenta cuentos
El paseo ideado por el Ayuntamiento de Almanza guía a los visitantes entre robles centenarios y brezos para adentrarlos en un escenario en el que se han censado siete eneanitos, una joven de tez blanca, dos trollsm tres cerditos y un lobo feroz, dentro de un entorno en el que la moraleja enseña a no dejar de creer en las fábulas y proteger la naturaleza
En todos los cuentos hay bosque que cuenta una historia que se debe leer. El relato se trenza en la corteza de sus robles centenarios, descansa en el musgo que acolcha los pasos y se cubre con el manto de brezo que torna de color con la muda de las estaciones. Todo está escrito ahí dentro si se atiende a lo que bisbisean las hojas. Sólo hay que saber mirar con los ojos de un niño. No hace falta nada más que atender a las señales que aparecen en la espesura para encontrar el hilo del que tira la humanidad para explicarse desde sus orígenes. Si tienen duda, acérquense a Almanza y verán que no es un cuento todo lo que les han contado.
La moraleja encuentra asiento en el Bosque de los Cuentos, donde el Ayuntamiento de Almanza ha censado a siete enanitos herederos de la estirpe minera que antaño pobló estas tierras, acompañados de una hermosa joven con la tez del color de los penachos de las montañas de León en invierno. El vecindario apunta además a dos trolls, tres cerditos que han levantado sus casas como mejor han podido cada uno y un lobo feroz que acecha, pero sin que haga falta chorco en el que emboscarle.
Apenas a 3 kilómetros de Almanza, en la carretera que lleva a Corcos, está el aparcamiento desde el que se accede a la senda que guía a los visitantes de forma fácil hasta el bosque
El vecindario dista apenas 3 kilómetros del casco urbano de Almanza. Para llegar sólo hace falta atender a los carteles que aparecen en la plaza del pueblo con la leyenda de «Peñón Multiaventura». En esa dirección, cuya carretera enfila hacia Corcos, se acomoda en el lado izquierdo de la calzada el aparcamiento en el que dejar los vehículos y, a pie, buscar la pista de los habitantes de los cuentos que esperan en el bosque.
Las huellas se hallan con facilidad. La senda dibuja 1,3 kilómetros entre robles y brezos. El trecho se cubre de manera entretenida en menos de lo que tarda en contarse un cuento, con sorpresas en cada paso que adentra a los visitantes en un escenario cuidado para atender al relato que se narra por el camino. No hace falta entrada, ni existe horario, sino tan sólo el ruego, como advierten desde el Ayuntamiento de Almanza, de que se respete el entorno natural para que quienes vengan detrás puedan disfrutarlo.
El paseo adentra en el bosque a los visitantes hasta que, de repente, cubiertos por la fronda de los robles, se ven rodeados de personajes de cuento. En su compañía, mientras se asoman a las casas, saludan a Sabio, Gruñón, Feliz, Dormilón, Tímido, Mocoso y Mudito, a Flautista, Violinista y Práctico, a Blancanieves e incluso al Lobo Feroz, los pequeños y sus acompañantes podrán, a través de los códigos Qr, colocados de manera estratégica, fabular los relatos con su lectura a la sombra de los árboles.
La visita puede servir como excusa para disfrutar de un municipio enclavado en un paraje medioambiental privilegiado, con un rico patrimonio histórico y natural y una oferta turística y gastronómica de calidad en la que se refuerza su empeño por asentar población. El esfuerzo se refleja en el censo, al que anuncian sumarse en los próximos meses en el bosque Cenicienta, Bambi y Tambor, Caperucita Roja, Hansel y Gretel, el Gato con botas, Pinocho, el Patito Feo y La liebre y la tortuga. Este cuento no se ha acabado aún.