Diario de León

La obesidad y la apnea quitan el sueño

La Unidad del Sueño del Hospital de León realiza 800 pruebas anuales a pacientes que tienen dificultades para dormir, la mayoría por apnea del sueño, que afecta a 15.000 personas en el área de León. A la consulta del Hospital de León llegan cada vez más personas obesas o con hábitos erróneos como el llevarse el móvil a la cama o instalar una televisión en el dormitorio.

Dispositivos en el Hospital de León para medir la calidad del sueño. FERNANDO OTERO

Dispositivos en el Hospital de León para medir la calidad del sueño. FERNANDO OTERO

León

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La mitad de las personas obesas tienen apnea de sueño y el 70% de los que llegan al hospital por estos lapsus en la respiración tienen sobrepeso. La obesidad y la falta de ejercicio físico provocan trastornos del sueño que en el área sanitaria de León afectan al 4% de la población. «Según las estadísticas, en el área de León hay 15.000 personas con apnea de sueño», aseguran las neumólogas Silvia Fernández Huerga y Paola Gudiel Arriaza, responsables de las unidades del sueño y de cuidados respiratorios intermedios (Ucri) del Hospital de León.

La apnea obstructiva del sueño provoca interrupciones en la respiración mientras se duerme e impide un descanso nocturno de calidad. Durante las pautas, que pueden durar desde unos segundos hasta dos minutos y repetirse varias veces a la hora, el aire no llega a los pulmones, por lo que cuando la persona vuelve a respirar se produce un ronquido.

«Normalmente no se da suficiente importancia a estos síntomas. Las apneas del sueño se caracteriza porque los pacientes son roncadores y las apneas son observadas, es decir, es otra persona la que se da cuenta cuando los ve dormir, y luego tienen excesiva somnolencia durante el día. Son síntomas poco específicos que están muy relacionados con los pacientes que tienen obesidad».

Este viernes 17 de marzo se conmemora el Día Mundial del Sueño, un problema que afecta a cinco millones de españoles y el 80% lo desconoce, según la Asociación Española del Sueño (Asenarco).

Las neumólogas que están al frente de la Unidad del Sueño del Hospital de León alertan de que con el covid y las restricciones iniciales por la pandemia, de la que hoy se cumplen tres años del primer estado de alarma, la población que acude a la unidad ha aumentado de peso. «Tenemos un paciente que vino a la consulta con problemas de sueño porque ha aumentado de peso treinta kilos en dos años». Un problema que afecta directamente a la calidad del sueño.

En la Unidad del Sueño se realizan una media de 800 estudios a anuales a pacientes con sospechas de que pueden padecer una apnea de sueño. «Se están recuperando los estudios que quedaron paralizados durante el año 2020 por las restricciones de la pandemia. Ese año hicimos 260 estudios porque todo estaba limitado y había que hacer PCR a los pacientes antes y se suspendieron las pruebas que se hacen en el domicilio».

En la Unidad del Sueño del Hospital de León se realizan una media de quince pruebas semanales, a las que hay que sumar las diez que se realizan en el domicilio del paciente, que se someten a una poligrafía respiratoria domiciliaria (PRD).

Una vez establecido el diagnóstico el tratamiento más frecuente es la prescripción de una CPAP, una especie de mascarilla que se ajusta a la nariz y la boca y que impulsa el oxígeno necesario para que la respiración sea la adecuada. «Para saber la presión exacta de oxígeno que tiene que recibir el paciente necesitamos hacer un cálculo, que puede ser matemático o una titulación. Hay fórmulas específicas para calcularlo según los pacientes. Recurrimos a las titulaciones cuando persisten los síntomas a pesar de la CPAP». Una máquina que necesita un periodo de adaptación de tres meses. «Hasta que no pasan tres meses no se puede hablar de rechazos reales. Es cierto que hay personas que no la toleran, pero no llega al 10%. A veces sólo es necesario ajustar bien el dispositivo, pero es el único tratamiento para mejorar la apnea del sueño».

La apnea del sueño tiene una relación directa con factores los factores cardiovasculares, hipertensión arterial, arritmias, diabetes y otras enfermedades como el Parkinson. «Aunque la mayoría de las apneas del sueño están relacionadas con el sobrepeso, hay una parte que se debe a factores anatómicos de los pacientes, como tener el cuello grande, determinadas formas del paladar o la garganta que causan el colapso respiratorio, poseer una lengua que puede retrotraerse y bloquear el paladar, tener el maxilar inferior más corto que el superior y las amígdalas grandes o vegetaciones.

«Además de los problemas de salud relacionados con la apnea, hay otro grupo importante de personas en las que la apnea del sueño es peligrosa, porque pueden provocar accidentes laborales o accidentes de tráfico», aseguran las neumólogas.

De alto riesgo

Este grupo de pacientes representa el 20% de los atendidos en un día en la unidad y reciben una atención preferente, es decir, son atendidos en un plazo de tiempo que no supera los treinta días. «Los consideramos muy preferentes por el factor de riesgo. Los preferentes, el segundo grupo de más riesgo, se realizan las pruebas en menos de seis meses». El resto está en espera normal a los que se atiende por orden de acceso a la lista. En la actualidad hay aproximadamente un millar de personas a la espera de hacerse una prueba de sueño.

En otros casos, por la complejidad de los casos. los pacientes reciben atención en la consulta especializada de patología compleja en el Centro de Atención de Enfermedades Respiratorias. «Pasamos consulta con ellos para hacer cambios en el tratamiento a los pacientes complejos».

Los malos hábitos, como el uso de la tecnología móvil por la noche cuando ya se está en la cama, o la instalación de televisores en el dormitorio, favorece que aparezcan problemas de sueño. «Dispositivos electrónicos, escasa actividad física, los horarios laborales o el exceso de medicación contribuyen a una mala calidad del sueño y eso puede ser peligroso».

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