MAGDALENA BRASAS ALONSO. LEONESA TRANS
«Soy feliz como mujer y con las cosas masculinas que tengo»
Magdalena Brasas Alonso cambió de sexo y de nombre en el Registro Civil en 2017. Entonces era necesario estar dos años de tratamiento y ella había iniciado la hormonación en 2015, momento desde el cual fue tratada como alumna y no como alumno, con su nombre de elección, en la Universidad de León donde estudiaba el Grado en Biología.
«Tuve mucha suerte», asegura. El acompañamiento psicológico también computó. Después se operó por lo privado en el Hospital Clinic de Barcelona, ya que allí la lista de espera en la sanidad pública era de siete años. Entonces costaba una media de 17.000 euros una vaginoplastia en España y unos 9.000 euros en Thailandia. «En Castilla y León era imposible. Al menos ahora te derivan».
A partir de su experiencia personal, esta mujer trans de 28 años señala que la posibilidad que ofrece la nueva ley de «cambiar de nombre desde el principio ayuda muchísimo a vivir sin trabas». «Me habría sido más fácil la vida en algunas ocasiones como no tener que explicar continuamente mi vida a gente desconocida; en el médico, a la hora de ir a votar, e incluso en el supermercado cuando la tarjeta que entregas para pagar no tiene correlación el nombre con tu apariencia». Pero mantendría su opción de tratamiento médico.
«Si viviéramos en una sociedad 100% libre de estereotipos, sin la necesidad de etiquetarlo todo y no hubiese género en el dni ni en ningún sitio, pues igual no me hubiera operado y sí me hubiera hormonado. Quién sabe».
Esta leonesa está satisfecha con el resultado de su nueva identidad, «Dentro de lo que la sociedad te obliga a ser me siento y me identifico como mujer, y me siento feliz y me siento bien mirándome al espejo y viéndome como mujer, pero creo que las cosas no son blancas ni negras. Soy Magdalena Brasas Alonso, pero también tengo algunas cosas que la sociedad marca como masculinas y estoy feliz con ellas», afirma.
Magdalena Brasas, una de las protagonistas del documental 'Sedimentos' , que aborda el universo trans a través de varios testimonios personales, admite que la idea de tener hijos o hijas le obsesionó durante mucho tiempo. Es un tema en el que siempre ha pensado y cuando hizo la transición congeló semen.
No ve fácil la opción de la adopción ni comparte las condiciones de la gestación subrogada de algunos países. El trasplante de útero no se ha realizado nunca en mujeres trans y la creación de órganos con células madre no cree que le llegue a tiempo.
Las opciones para ser madre biológica pasarían por unirse con una mujer o con un chico trans al que no le importase gestar, algo que, en principio, no haría solo con esa finalidad. «Prefiero pensar las cosas como si estuviera yo sola, pero en un futuro me gustaría ser madre». Además de graduada en Biología, Magdalena Brasas Alonso es máster en Prehistoria, Antigüedad y Edad Media y el de Educación. Actualmente trabaja como analista de laboratorio en ADL Biopharma.