MARÍA ANDREA MARTÍNEZ. LEONESA TRANS
«Ahora soy una mujer completa y voy a ser feliz»
Andrea Martínez se sometió a una vaginoplastia en el Hospital Clinic de Barcelona hace tres meses, pero ella dice que sabe que es mujer desde que tiene uso de razón, aunque en su partida de nacimiento hace 40 años la inscribieron como Cristhian Andrei.
«Yo no he tenido ningún problema con mi operación, a pesar de que hay gente que alerta de las complicaciones. Hace tres meses que me operé y poco a poco me estoy recuperando, tengo que ir en julio a una revisión y luego serán anuales». Esta evolución le ha permitido tener ya su primera relación sexual después de la intervención.
Andrea pasa su vida entre el Bierzo y Barcelona, donde trabaja en un laboratorio químico, especialidad en la que se formó en Ponferrada. Su padre es berciano y su madre colombiana y ella nació en Colombia.
«Ahora me siento una mujer completa. Soy una mujer positiva desde que nací, ahora he alineado mi mente y mi cuerpo con los genitales».
Ahora quiere iniciar otra fase en su proceso en el Hospital de León. «Voy a ponerme pecho. El médico me ha pedido el informe psiquiátrico, el de disforia de género y el hormonal. Me dicen que tiene que haber una razón para operar el pecho a cualquier mujer».
Andrea es positiva, aunque reconoce que el camino hasta aquí no ha sido fácil. «La Ley trans está muy bien, pero también hace falta mucha información. Las personas que tenemos claro quienes somos lo sabemos desde que tenemos uso de razón. Yo lo sabía a los 8 años, pero la educación que recibes de la familia y del entorno social te meten otra cosa en la cabeza. Todo lo que era femenino me gustaba. Mi madre pensaba que era gay, pero no soy gay, soy mujer. Hay mucha confusión porque falta mucha información. Cuando yo estudiaba no se hablaba de diversidad. Está muy bien facilitar el cambio de género, pero hace falta más información sobre sexualidad y sexo, que no es lo mismo que pornografía».
Ahora quiere ser feliz. «Cuando tenía 9 años un primo me vistió de mujer y abusó de mí. Tuve un trauma que me hizo rechazar todo lo femenino durante un tiempo».
Ahora prepara un libro con sus experiencias en un proceso que inició físicamente hace cinco años. «Mi certeza es que ya no puedo tener hijos biológicos, tendré que hormonarme siempre. Soy un espíritu libre, he tenido un despertar y haré todo lo que tenga que hacer para ser feliz».