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Toque a las campanas en la torre de Villavante

Un vecino de este pueblo, cuna de campaneros, propone al Ayuntamiento de Santa Marina del Rey que erija un monolito de homenaje a la declaración de Patrimonio de la Humanidad

La espadaña de Villavante con ‘la peral’ florecida. CELADILLA

León

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Villavante es cuna del encuentro nacional de campaneros Reino de León desde 1986. Con esta iniciativa, que promovió la asociación Guays, este pueblo del Páramo leonés se ha convertido en santo y seña del toque manual de campanas en la provincia de León y ha contribuido al mantenimiento de esa tradición milenaria que fue reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco el pasado 30 de noviembre. Para que quede constancia pública y los peregrinos que pasan por el pueblo lo valoren, el vecino de esta localidad, Juan Miguel Celadilla Vidal, ha presentado al Ayuntamiento de Santa Marina del Rey, al que pertenece Villavante, una propuesta para «erigir un monolito al pie de la espadaña-campanario de Villavante como reconocimiento y testigo a la labor de recuperación, preservación, promoción y difusión del toque manual de campanas, actividad cultural emprendida por la asociación cultural y deportiva «Guays» de Villavante en el año 1986 y mantenida en la actualidad y cuyo máximo exponente es el Encuentro anual de Campaneros denominado en sus inicios «Reino de León»», subraya.

Los reconocimientos dados al toque manual de campanas, en 2019 por el Ministerio de Cultura y en 2022 por la Unesco, subraya, «avalan y reclaman que se levante un monolito con una inscripción en la que se haga constar la aportación de las campanas de Villavante en este devenir fructífero, así como la ingente labor de los campaneros y campaneras, tanto locales como foráneos, que a través de sus repiques, volteos, toques y tañidos han propagado desde la espadaña de Villavante esta tradición ancestral».

Juan Miguel Celadilla pone como ejemplo de la valoración que se hace de las campanas en otros territorios el monumento a la campana de Os de Balaguer en Lérida. «Debemos de poner en valor las cosas que tenemos para que las conozcan quienes no lo saben y las recordemos con orgullo quienes vivimos aquí», apunta el vecino.