Desde la recepción a la gestión: tres mujeres en el motor de Cáritas León
«Cáritas no puede quedar estancada. Necesita gente comprometida, que se anticipe a las necesidades». La directora de Cáritas, Beatriz Gallego, pone en valor el trabajo de su equipo para llegar a los más necesitados.
Hola Estela, ¿cómo estás hoy? ¿hay alguna novedad? Esta es la primera frase que Beatriz Gallego , directora de Cáritas Diocesana de León, pronuncia cada mañana nada más cruzar al umbral de la sede de la institución. Se dirige a Estela Alonso Marqués, que está en la recepción y es la primera cara amable que todos los usuarios que llaman a las puertas de Cáritas se encuentran cuando acuden a pedir ayuda.
Estela trabaja en Cáritas desde el 6 de mayo de 2019 y por sus manos pasa toda la intendencia posible e imaginable a la que recurren trabajadores, colaboradores y personal voluntario. Ella tiene todas las llaves y todas las soluciones a los problemas cotidianos y Beatriz la considera —como antes fueron otras personas que ocuparon ese cargo— uno de los eslabones necesarios para que la cadena de Cáritas funcione bien engrasada. Beatriz no dudó en pensar en ella para que apareciera a su derecha en este retrato de personas ‘en la sombra’ que apoyan la labor de las caras más visibles. «Es un puesto que es imposible que se quede vacío», dice Gallego.
Por Estela Alonso pasan las llamadas, el registro de caja, las agendas, la infraestructura y los espacios de Cáritas. «Recibir, acoger y servir», dice. Resuelve todas las necesidades laborales de los técnicos, servicios, usuarios, proveedores, la información de los contenedores de ropa, las empresas de inserción, donaciones en metálico, ropa, mobiliario, los seguros, las reformas, los vehículos... En definitiva, la intendencia total de los espacios y los proyectos de Cáritas. «Es la persona de referencia de todos los programas. Hace que todo funcione. Sin Estela, como antes Merce, Cáritas no funciona. Su puesto es imprescindible», pone en valor Beatriz Gallego. «Cuando Estela se pone enferma todos nos preocupamos porque ¡a ver qué hacemos sin ella! Su nivel de trabajo es muy poco conocido, es un trabajo que parece que se hace solo. Muchas de las personas que trabajan con Cáritas sólo tienen trato con ella. Es la amabilidad personificada". Estela estudió Relaciones Laborales y fue elegida para el puesto tras una selección «en la que entrevistamos a mucha gente»
En la foto con Beatriz también está María Jesús Álvarez, gerente desde el año 2011. María Jesús ya trabajaba en Cáritas cuando Beatriz llegó a la dirección. Su despacho está en la primera planta de la sede de Cáritas, un piso más arriba de Estela, por lo que Beatriz hace todas las mañanas el mismo recorrido. Primero Estela y luego María Jesús, con quien se reúne a diario para que la acción social de Cáritas no falle. «Es con quien estoy más tiempo», dice Beatriz. «Todos los días tenemos que gestionar muchas cosas. Ella lleva todo el trabajo de gestión. Es la que me da cada mañana la visión general de todo el trabajo. Despacha todos los días y preparamos la reunión semanal con el resto del equipo directivo. Hablamos de las iniciativas y de las actividades que se ponen en marcha».
Beatriz y María Jesús establecen la estrategia para la resolución de los problemas y trasladarlo al equipo directivo. «Es muy importante esa simbiosis. hablamos mucho. A veces estamos de acuerdo y otras no. Pero llegamos a acuerdos».
«El nivel de trabajo de Estela es muy poco conocido, por sus manos pasa todo el engranaje de Cáritas, que parece que se hace solo»
En esta labor están todos los trabajadores, trabajadoras y voluntarios, miembros de una comunidad que se distribuye por todos los rincones de la provincia para promover el desarrollo integral de las personas más necesitadas. En la foto aparecen tres mujeres, tres puntales que son las piezas de la cúspide de una pirámide que se sujeta gracias al trabajo de otros cientos más.
La elección
Cuando el anterior obispo, Julian López, encomendó a esta profesora de Historia, Geografía y Arte en el Instituto Legio VII que dirigiera uno de los emblemas de la Iglesia se encontró con un sí rotundo y una sorpresa mayúscula. «Nunca pensé que pudieran elegirme para esta labor. A Cáritas la tenía como en una nebulosa y no sabía muy bien qué era. Es un puesto de confianza. Le pregunté al vicario general si yo sería capaz de realizar esta labor. Me pareció una oportunidad que Dios me ponía delante para servir a los excluidos».
La elección de Beatriz no se hizo al azar. Fue presidenta de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de León Pulchra Leonina. Su trayectoria como profesora, cristiana practicante, metódica, ordenada y muy trabajadora no pasó desapercibida para el actual obispo de Astorga, Jesús Fernández González, entonces vicario general, que fue quien la recomendó.
«Con María Jesús Álvarez hablo mucho. Todos los días. A veces estamos de acuerdo y otras no, pero no nos levantamos sin acuerdos»
Beatriz entró por primera vez en Cáritas en enero de 2012 cuando llevaba siete años jubilada. «Soy una voluntaria más, como el resto, no cobro por este puesto», responde cuando se le pregunta por sus honorarios. Lo que sí ha establecido es un metódico compromiso de trabajo. «El que no se cobre no significa que no se tenga una responsabilidad, como la tienen todos los voluntarios».
Beatriz se encarga de la planificación, la organización y puesta en marcha de los proyectos de Cáritas, en colaboración con Cáritas Española y con la última palabra dada por el obispo «con quien tengo una relación continua. La responsabilidad de la acción es de la directora, que soy yo, pero la puesta en marcha corresponde al obispo».
El trabajo de la directora no se centra sólo en León y mantiene constantes reuniores con el resto de la institución en Valladolid, Madrid... «no tengo un horario pero vengo todos los días, marcho después de las tres, pero no ficho. Nunca he venido antes que los trabajadores».
Beatriz es directora de Cáritas. Es voluntaria, no cobra, no ficha y ha establecido un metódigo compromiso de trabajo encargado por el obispo
El constante cambio de la institución para adaptarse a las nuevas necesidades sociales es lo que hace necesario ese contacto diario y directo con María Jesús, la gerente. «Tratamos todos los temas con el equipo directivo, por consenso, y cuando estamos de acuerdo llamamos al obispo».
El equipo directivo está integrado por un administrador, un secretario general, un gerente, un delegado de Cáritas y la directora, Beatri. Todos son voluntarios, menos María Jesús que es trabajadora. Entra a trabajar a las 08.30 horas y sale a las 14.00 horas.
«Llevo toda la gestión de las decisiones que se toman, la coordinación general de los programas. Me reúno todos los meses con los técnicos y abordamos las necesidades de los usuarios, trabajamos desde la base, para estar al día con todas las personas. Mi puerta está siempre abierta y los flujos de comunicación son constantes y fluidos para que el equipo directivo esté al día de las necesidades reales y adelanterse a ellas con nuevos proyectos. También llevo los temas de personal».
En la próxima reunión del equipo directivo se abordarán la sustitución de alguna trabajadora que está de baja por enfermedad, el repaso de los programas en atención primaria, el programa de empleo, la organización de una nueva aula de formación, los fondos que se destinarán a las personas damnificadas por los terremotos en Turquía y Siria y el debate de otros proyectos que se pondrán en marcha en próximas fechas. «Estas reuniones pocas veces se resuelven en dos horas».
María Jesús se considera «al servicio de Cáritas y de todos los compañeros para que las tareas se desarrollen lo mejor posible y dar una buena atención a las personas vulnerables».
El equipo funciona y las diferencias se resuelven con diálogo. María Jesús valora la estrategia de Beatriz Gallego. «Tiene capacidad de trabajo, de anticiparse a las realidades que llegan y capacidad de compromiso». A lo que Beatriz responde: «Soy una persona comprometida, trabajadora e impulsiva, me precipito y anticipo. Cáritas no se puede quedar estancada. Cuando vamos más allá a veces nos equivocamos y no tengo problemas en reconocer que me he equivocado, ni mi equipo directivo ni yo, no pasa nada. No es cuestión de decepcionarse. Con los valores que tenemos y lo que aporta cada uno hacemos un buen equipo. Intentamos hacerlo todo en común, compartimos las alegrías y los enfados, que los hay, como los errores y los aciertos. Acogemos el carácter de cada uno y dialogamos. La acción del espíritu se nota», asegura Beatriz.
«Cuando hablo no soy yo, está hablando el canal de Cáritas»
Beatriz Gallego aparece en la fotografía con las dos mujeres que apoyan su trabajo directo como directora de Cáritas. Hay muchas más personas que hacen de la institución de la Iglesia uno de los pilares más reconocidos para el desarrollo integral de las personas en riesgo de exclusión. «Cuando hablo como directora de Cáritas no soy yo, está hablando el canal de Cáritas, que es la institución de la Iglesia, por lo que tengo una gran responsabilidad para que esté bien representada a través de mis palabras». Ese es el camino que ha elegido Beatriz. «Hay que hacer mil cosas. Hay días que no me da tiempo ni abrir el ordenador. Cuando llego por la mañana hay mucha gente que me está esperando para hablar conmigo. Atiendo a la gente, una persona que llega, un sacerdote, trabajadores, gente que me para por la calleles. Les dedico tiempo para hablar».
Sabe que es la cara de una institución valorada con 78 años de historia en León desde que el obispo Luis Almarcha Hernández la promovió en 1945. Almarcha se dirigió a la Diócesis en una carta pastoral en Navidad para organizar la caridad hacia los más necesitados.
El trabajo de Cáritas se desarrollo en un primer momento en programas como atención primaria, Cáritas parroquiales, economato, personas sin hogar, atención a toxicomanías, orientación en materia de extranjería, casa de acogida de mujeres, medio penitenciario, dos pisos de acogida de hombres, infancia, acompañamiento a mayores, formación y empleo, moda Re, voluntariado, campañas institucionales y socios, donantes y entidades colaboradoras.
Cáritas tiene 501 socios, 658 donantes y 208 empresas colaboradoras. «Mucho de mi trabajo consiste en pensar la planificación general, junto con Cáritas española, administraciones públicas, entidades, empresas... Mi función es la representación. Cáritas es el canal del Evangelio, lo que no tengo claro es si lo hago bien, pero lo hago».